Los campos naturales constituyen el principal recurso forrajero, en cuanto a superficie, para la ganadería de la región del nordeste argentino (NEA) (Tomei, 1995). El fósforo (P) es uno de los nutrientes deficitarios encontrados con mayor frecuencia en los suelos de esta región. Este elemento es esencial para el normal crecimiento y desarrollo de las pasturas perennes, en especial en los estadios iniciales del desarrollo de las plantas. La corrección temprana de su deficiencia mejora significativamente la implantación de las pasturas, fundamentalmente del componente leguminoso (Fernández et. Al, 1993).
La deficiencia de P provoca na marcada reducción del crecimiento y la calidad del forraje, su disponibilidad juega un rol fundamental en el sistema suelo; planta; animal definiendo la productividad del sistema.