En la actualidad el incremento de la comercialización de productos hortícolas desecados, sugiere que la técnica de deshidratación constituye una de las alternativas de mercado elegidas por parte de los productores agrícolas. Todos los procedimientos de deshidratación se realizan en aparatos o instrumentos con baja capacidad de operatividad en cuanto a volumen. Esta situación genera un cuadro de ineficiencias del sistema de poscosecha, que en definitiva se traduce en un costo extra para los productores quienes ven disminuida la rentabilidad de sus empresas.