| ARTÍCULOS |


JAVIER SALAZAR RINCON, DE ALCALDES Y ALCALDADAS. TRAYECTORIA Y SIGNIFICADO DE UN PERSONAJE RISIBLE EN LA LITERATURA DEL SIGLO DE ORO, LÉRIDA, UNED, 2024

Lucía Muñoz*

Universidad Nacional del Nordeste

luciamunoz@comunidad.unne.edu.ar

Laura Conci**

Universidad Nacional del Nordeste

lauraconci70@gmail.com

Imagen

Esta obra del escritor español es, ante todo, meritoria por las enormes potencialidades que brinda al investigador de la literatura del siglo de Oro. Es un monumental estudio sobre el surgimiento y desarrollo de los alcaldes de aldea como personajes protagonistas del teatro del Siglo de Oro español. El volumen se abre señalando que se busca llenar el vacío existente en la bibliografía sobre alcaldes villanos, personajes populares y con gran trayectoria. Básicamente, el objetivo es complementar y ampliar un retrato completo del personaje, considerando su origen, evolución, alcance, significado y acogida por el público. Su exhaustiva investigación se centra en composiciones teatrales, pero también se consideran otras obras en las que el personaje está presente, como romances, sonetos y novelas. A lo largo de la obra, se examinan tratados, misceláneas y colecciones de dichos o refranes para obtener información adicional sobre los orígenes, desarrollo y receptividad de este personaje. El estudio se enfoca principalmente en los siglos XVI y XVII, pero también se amplía al siglo XVIII.

La obra se desarrolla en varias fases y aborda diversos aspectos del personaje de los alcaldes villanos. El autor parte de la premisa de que el personaje literario es un signo que revela su significado de manera discontinua durante la lectura o representación teatral. Este significado puede variar según el contexto y la audiencia. Así, el personaje del alcalde villano no se refiere a un individuo en particular, sino a un tipo social reconocible en el mundo real.

En el primer capítulo se analiza la realidad histórica de los gobiernos en villas y aldeas en la época de los Austrias -contexto de los textos que se estudiarán en profundidad. En diferentes apartados, examina este referente real y reconstruye la mentalidad, la formación y condición social de los alcaldes rurales, el procedimiento de elección de los mismos, las relaciones con otros personajes y su rebeldía frente a los abusos de los poderosos, siendo muchas veces objeto de burlas.

El segundo capítulo hace referencia a los alcaldes villanos en el imaginario colectivo, enfocándose en el alcalde rústico. Considera que para comprender la mente del escritor y su entorno, es importante estudiar las corrientes de pensamiento, tendencias culturales e ideologías de la población ilustrada. Este personaje era un labriego tosco y poco instruido que apenas había salido de su aldea. Se burlaban de él por sus ocurrencias insólitas, su falta de inteligencia y su tendencia a abusar de su autoridad. Salazar Rincón explica que el término “alcaldada” se usaba para referirse a acciones o comentarios estúpidos e imprudentes realizados por un alcalde. Con numerosos ejemplos de cuentos y refranes, describe al lector, que los alcaldes villanos eran famosos por su ignorancia y su afición por imponer castigos brutales. Eran personajes ridículos y simples. Se les atribuían errores gramaticales y léxicos al intentar utilizar un lenguaje culto del que no estaban familiarizados. En la literatura, este tipo de alcalde rural se convirtió en un personaje cómico en el siglo XVI. Los autores de esa época, se inspiraron en la imagen arquetípica de este alcalde construida socialmente para crear los personajes en sus obras.

Siguiendo con esta línea de análisis, el tercer capítulo nos remonta Salazar Rincón hacia la configuración del personaje literario en el siglo XVI. Minuciosamente, detalla, la construcción del alcalde rústico como un personaje popular en el teatro durante doscientos años; pero la crítica ha prestado poca atención a su configuración y origen. La génesis del personaje se basó en los refranes y chistes sobre autoridades aldeanas. El alcalde rural comparte muchas características con el pastor bobo, como por ejemplo: la gula, cobardía mezclada con jactancia, estupidez, ignorancia, rusticidad, credulidad, malicia, petulancia y apetencia de honores. El personaje del alcalde lugareño se consolida como tipo teatral a fines del siglo XVI o principios del siguiente. Suma también hacia el último cuarto del siglo, variedad de romances y sonetos pastoriles donde los alcaldes rurales ya se muestran como un recurso cómico incipiente. Tanto es así que en estos poemas se incluían en recopilaciones de romances y canciones de la época, en las que también aparecían autoridades de aldeas. Estas composiciones líricas fueron creadas durante el período considerado como manierista, en el que se produjo un cambio hacia el Barroco. Explica el crítico español, que durante este tiempo, se abandonó la armonía y contención del Renacimiento, dando lugar a un estilo más barroco, caracterizado por los contrastes, lo exagerado y lo desordenado. Además, se dio importancia a la deformación y la sátira en contraposición a la representación fiel del modelo. Esta nueva estética revela un cambio de rumbo en la literatura de la época.

El capítulo 5 nos enfrenta a una paradoja interesante en el teatro del Siglo de Oro español: el público, acostumbrado a burlarse de los ediles de aldea, acoge con agrado al personaje de Pedro Crespo, un alcalde villano que es todo lo contrario a esas figuras cómicas. Salazar Rincón, luego de analizar numerosos ejemplos en textos literarios de la época sostiene que esto se debe a dos concepciones opuestas de la vida campesina en los siglos XVI y XVII: algunos consideraban a los aldeanos ignorantes y brutales, mientras que otros los ensalzaban por su labor agrícola y vida reposada en la aldea. La aparición de este tipo de personajes permite observar una metamorfosis literaria a partir de la cual la tozudez, la brutalidad o el analfabetismo acaban siendo virtudes o instrumentos para lograr sus propósitos y finalmente transformar los aspectos, primero risibles, en verdaderas enseñanzas. Ambas visiones se reflejan en la creación literaria de la época.

El capítulo final constituye un profundo y detallado análisis de la producción literaria de Cervantes tomando como protagonista al alcalde villano. Si bien en sus primeras obras, presenta al personaje con semejantes caracteres que sus contemporáneos, establece algunas diferencias. En el análisis que realiza Salazar Rincón se destaca la utilización que Cervantes hace de la ironía para resaltar de forma cómica la ignorancia, estupidez y soberbia de los alcaldes.

Cervantes utiliza personajes y motivos de cuentos y comedias conocidos para retratar a los protagonistas como estafadores y a los aldeanos como incautos. A lo largo de este sexto capítulo, el lector se reencuentra con la Segunda parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha y recupera a su escudero en función de alcalde. Al respecto nos dice el crítico español, que puede considerarse un auténtico entremés de alcaldes y lo analiza desde cuatro variables básicas como ser: el personaje protagonista, el escenario, la escenificación y el significado del conjunto. Los alcaldes son analfabetos y aplican una justicia dudosa y afirma que Cervantes desafía los estereotipos y muestra que el carácter de las personas no está determinado por su linaje.

En De alcaldes y alcaldadas se puede señalar que el alcalde de aldea fue un personaje cómico popular durante el Siglo de Oro y en años posteriores. Aunque los poetas dramáticos apenas conocían al alcalde real, retrataban a un alcalde rústico basado en una imagen prototípica que ya existía en la imaginación colectiva. Este personaje era protagonista de bromas, anécdotas, cuentos y refranes que circulaban entre las clases ilustradas y la población urbana. Estas representaciones teatrales triunfaron durante décadas.

Nuestros autores clásicos adaptaron estampas arquetípicas a las obras de ficción, en lugar de crear personajes singulares. Estas estampas reflejaban las expectativas de los lectores y el auditorio. Señala Salazar Rincón que incluso autores como Cervantes y Calderón tomaron esta imagen del alcalde como punto de partida en sus creaciones y que está influenciada por la visión aristocrática de la ideología nobiliaria, que menosprecia a los habitantes de los lugares pequeños. A lo largo del tiempo, el personaje del alcalde ha aparecido en numerosos textos orales y escritos, y ha tenido diferentes funciones y significados. A pesar de su aparente invariancia, el alcalde es un personaje poliédrico y plurisignificativo, adaptándose a los gustos y mentalidades mayoritarios. Se le ha representado como chabacano, loco fingido, villano torpe, ejecutor de alcaldadas, examinador y juez de tipos excéntricos, y más. El personaje se ha dado a conocer a través de distintos medios, como sonetos, romances, creaciones teatrales, etc. También ha alcanzado a lectores y espectadores de diferentes orígenes sociales y gustos. A pesar de aparentar ser unívoco, el teatro del Siglo de Oro presentaba valores y mensajes con diferentes interpretaciones y sentidos. Este personaje provocó risa unánime entre los oyentes y posibles lectores durante siglos y se debe a que su figura combinaba los tres tipos de comicidad más conocidos: los disparates y engaños de personajes estúpidos, las situaciones y expresiones incongruentes y absurdas, y la pulsión liberadora de burlarse de las normas represoras. La risa hacia el alcalde también implicaba un sentimiento de superioridad sobre él.

Con esta investigación, esperamos que el lector, conozca la trayectoria, importancia y significado de los alcaldes villanos en la literatura del Siglo de Oro.

*Lucía Muñoz es Profesora en Letras, Profesora en Portugués y Especialista en Docencia Universitaria por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y Especialista en Educación, Género y Diversidades egresada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Es Profesora adjunta de las cátedras Literatura española I, Literatura Iberoamericana I y Portugués de la Facultad de Humanidades de la UNNE. Integra el PI H002 “Escrituras y feminismos. Un abordaje de la identidad femenina en narrativas de los siglos XIX y primeras décadas del siglo XXI”, radicado en la SGCyT de la UNNE.

**Laura Conci es Profesora y Licenciada en Letras egresada de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y Especialista en Educación, Género y Diversidades por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Es Profesora adjunta de las cátedras Seminario Taller de Literatura y Taller de Comprensión y Producción de Textos, y Profesora auxiliar de Literatura Española I, de la Facultad de Humanidades de la UNNE. Integra el PI H002 “Escrituras y feminismos. Un abordaje de la identidad femenina en narrativas de los siglos XIX y primeras décadas del siglo XXI”, radicado en la SGCyT de la UNNE.

Recibida: 25/07/2024 - Aceptada: 10/08/2024