| ARTÍCULOS |
https://doi.org/10.30972/clt.258029
CLRELyL 25 (2024). ISSN 2684-0499
Universidad Autónoma de Entre Ríos / Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
avellanaalicia@gmail.com
Recibido: 21/10/2024 - Aceptado: 29/11/2024
Resumen
Entre los varios grupos de migrantes europeos que llegaron a la Argentina en el siglo XIX, uno de los más numerosos es el de los alemanes del Volga, que se asentaron principalmente en colonias rurales de las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos y se distinguen por haber conservado su lengua de origen incluso hasta la actualidad (Hipperdinger y Rigatuso, 1996; Schmidt, 1997; Hipperdinger, 2005; Cipria, 2007; Feick, 2007; Ladilova, 2012). Si bien el alemán del Volga se encuentra actualmente en una situación de desplazamiento lingüístico, los numerosos años de convivencia con el español regional han generado distintos fenómenos de contacto lingüístico. En este contexto, nos proponemos presentar y analizar la situación de contacto entre el español de Entre Ríos y el alemán del Volga, profundizando en una serie de fenómenos como la alternancia y la mezcla de lenguas y la incorporación de préstamos.
Palabras clave: contacto lingüístico; Entre Ríos; español-alemán del Volga; alternancia y mezcla de lenguas; préstamos
Abstract
Among the various groups of European migrants who arrived in Argentina in the 19th century, one of the largest is the Volga Germans. Primarily settling in rural colonies in Buenos Aires and Entre Ríos, they are notable for having preserved their original language to this day (Hipperdinger and Rigatuso, 1996; Schmidt, 1997; Hipperdinger, 2005; Cipria, 2007; Feick, 2007; Ladilova, 2012). Although Volga German is currently experiencing linguistic displacement, the many years of coexistence with regional Spanish has generated various linguistic contact phenomena. In this context, this study explores the linguistic dynamics of the contact situation between Entre Ríos Spanish and Volga German, focusing on language alternation, mixing, and loanword incorporation
Keywords: language contact; Entre Ríos; Spanish-Volga German; language alternation and language mixing; loanwords
1. Introducción1
Entre los varios grupos de migrantes europeos que llegaron a la Argentina en el siglo XIX, uno de los más numerosos es el de los alemanes del Volga, que se asentaron principalmente en colonias rurales de las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos y se distinguen por haber conservado su lengua de origen incluso hasta la actualidad (Hipperdinger y Rigatuso, 1996; Schmidt, 1997; Hipperdinger, 2005; Cipria, 2007; Feick, 2007; Ladilova, 2012). Si bien resulta difícil estimar la cantidad de alemanes del Volga que ingresaron en nuestro país porque no se encuentran registrados oficialmente como tales (Hipperdinger, 2005; Bein, 2012),2 para el caso de Entre Ríos, Cipria (2007) remarca que las cifras estimativas –calculadas informalmente por la comunidad3– permiten dar un cálculo aproximado de un 20% de descendientes para toda la provincia. En lo que respecta al país, en Popp y Dening (1977) se calcula un total de 800.000 descendientes de alemanes del Volga, de los cuales 200.000 residirían en Entre Ríos. Más recientemente, algunos especialistas en alemán del Volga (Hipperdinger, 2016; Ladilova, 2019) adoptan la cifra de dos millones de descendientes en la Argentina, a partir de datos del Center for Volga German Studies de la Universidad de Concordia (Portland, Oregon).4
El alemán del Volga (en adelante, A.V.)5 se encuentra actualmente en una situación de desplazamiento lingüístico pero se mantiene presente en su contacto con el español regional, producto de los numerosos años de convivencia:
[Tras] un siglo y cuarto de llegar a tierras entrerrianas, la tradición alemana no se diluyó pero se fundió con los estímulos litoraleños, lo que dio lugar a la actual diversidad cultural, en cuyo marco la lengua alemana se habla cada vez menos aun dentro de los hogares. (Hipperdinger, 2015, p. 17; recuperado de la página del Centro Cultural Argentino Wolgadeutsche).
En este contexto, nos proponemos aquí presentar y analizar la situación de contacto lingüístico entre el español y el A.V. en la provincia de Entre Ríos. Para esto, introducimos en primer lugar una descripción del contexto histórico de su llegada a la Argentina y una caracterización sociolingüística de su situación actual.
En segundo lugar, nos abocamos al estudio de los aspectos lingüísticos del contacto. Así, analizamos una serie de fenómenos de cambio de código (como la alternancia y la mezcla de lenguas) en un conjunto de entrevistas realizadas en distintas localidades de la provincia de Entre Ríos (específicamente, Lucas González, Aldea San Antonio y Santa Anita). Asimismo, investigamos la presencia de préstamos de materia y préstamos de estructura, en términos de la división que establecen Sakel y Matras (2007).
Finalmente, nos detenemos en algunos aspectos sociolingüísticos de las variedades en juego en estas comunidades y cómo estos podrían interactuar con el desplazamiento y el mantenimiento del A. V.
Pese a la gran diversidad lingüística que se registra en las comunidades del Volga, son comparativamente pocos los estudios existentes para las comunidades de Buenos Aires (Hipperdinger y Rigatuso, 1996; Schmidt, 1997; Hipperdinger, 2005; Feick, 2007; Ladilova, 2012) y muchos menos aún los que estudian las comunidades de Entre Ríos (Cipria, 2007; Ladilova 2012). Esperamos que este trabajo constituya una primera aproximación a la documentación y descripción sociolingüística y lingüística de las comunidades del Volga entrerrianas.
2. Los alemanes del Volga en Entre Ríos: historia y situación sociolingüística
La denominación de "alemanes del Volga" da cuenta del desplazamiento histórico de este grupo de alemanes que –hacia mediados del siglo XVIII– emigró desde Alemania hasta las orillas del Río Volga en Rusia y fundó el primer asentamiento alemán en 1764. Durante más de un siglo esta comunidad habló allí casi exclusivamente alemán y resistió la asimilación cultural, tal vez porque varios zares rusos le concedían una condición “especial” que permitía la retención de su identidad etnolingüística. En 1876 se anuló el convenio que protegía a los alemanes que vivían en Rusia, lo cual provocó una emigración masiva a Brasil y a la Argentina (Lipski, 2007). A pesar del siglo que pasaron en Rusia, la presencia del idioma ruso en el A.V. es, según algunos autores, escasa y se limita al léxico (Cipria, 2007; Ladilova, 2019). Los alemanes del Volga se trasladaron desde la región del Volga al sur de Brasil en 1877. No obstante, algunos continuaron viaje hasta Buenos Aires y en 1878 se fundó la primera comunidad alemana del Volga en la Argentina. Desde ahí, un gran grupo de inmigrantes continuaron río arriba por el río Paraná hasta ubicarse en la ciudad de Diamante en Entre Ríos y, años más tarde, llegaron nuevos migrantes a asentarse en las comunidades ya fundadas.
En Entre Ríos, los A.V. se agruparon en aldeas principalmente de acuerdo con un criterio religioso: los católicos se instalaban en las Aldeas Spatzenkutter (Valle María), San Francisco y Salto; los luteranos, en Aldea Protestante y Colonia Alvear. A fines del siglo XIX, con la construcción del Ferrocarril Central Entrerriano a cargo de la compañía de Lucas González, se produjo la colonización del interior de la provincia. En los terrenos aledaños al pueblo que lleva este nombre se fundaron las Aldeas Santa María y San Simón y las Colonias La Llave y La Esperanza. Se concesionaron las tierras para inmigrantes que serían dueños de ellas cuando cumplieran cinco años trabajandolas. En total, se instauraron más de cien comunidades de alemanes del Volga en la provincia de Entre Ríos.
En las comunidades instaladas, la educación y la religión se impartían en ambas lenguas (alemán y español). Los padres de las comunidades pagaban a un maestro para que diera clases en alemán y algunos decidieron enviar a sus hijos como internos a escuelas alemanas más grandes como la de Villa Crespo. Estas instituciones fueron disueltas por el gobierno provincial durante la Segunda Guerra Mundial, sospechadas de tener influencias nazis. Allí pasaron a manos del Ejército Argentino y se impuso como obligatoria la enseñanza de todas las asignaturas en español. Este factor afectó el mantenimiento de la lengua del A.V., junto con varios otros como el desplazamiento de los pobladores de las aldeas y colonias hacia las ciudades, ya entrado el siglo XX.
Más allá de estos factores de desplazamiento, que suelen ocurrir de manera generalizada en las lenguas minorizadas, el caso de los descendientes de inmigrantes alemanes del Volga suele ser destacado como uno de los de conservación más prolongada de la lengua de origen (Fontanella de Weinberg, 1979; Hipperdinger y Rigatuso, 1996), ya que recién avanzada la segunda mitad del siglo XX –un siglo después de su llegada a la Argentina– comenzó a sentirse más fuertemente el desplazamiento. Algunos de los factores que favorecieron el mantenimiento fueron, por un lado, el aislamiento rural y la organización en aldeas o colonias, que constituyeron islotes lingüísticos con un bilingüismo limitado a quienes establecían una comunicación “hacia afuera” (Hipperdinger, 2016, p. 100) y, por el otro, la existencia de instituciones educacionales de carácter confesional, asistidas por religiosos de habla alemana. Estos factores, entre otros, permitieron que la lengua se mantenga hasta la actualidad aunque, como profundizaremos en el próximo apartado, dentro de una situación de desplazamiento lingüístico.
3. El contacto español-alemán del Volga en Entre Ríos
En este trabajo analizaremos entrevistas correspondientes centralmente a las localidades entrerrianas de Lucas González, Aldea San Antonio y Santa Anita. Se trata de diez entrevistas semipautadas a hablantes mujeres, que apuntaron centralmente a elicitar historias de vida de las entrevistadas, con foco en el contexto de adquisición y de uso del A.V. y del español. Además de estas entrevistas, se registraron tres interacciones informales extensas entre hablantes de A.V. y se realizó observación participante en distintos festejos de las comunidades (Fiesta de la Trilla en Santa Anita, Fiesta de la Cerveza en Lucas González y Fiesta del Inmigrante Alemán en Aldea San Antonio).6
A partir de las entrevistas que realizamos y de observación participante en las aldeas, es posible distinguir tres grupos según el dominio que poseen del A. V.: 1. Los más ancianos, que tienen al A.V como lengua materna y poseen un dominio que les permite producir y comprender esta lengua; 2. La generación siguiente, que tiene el español como lengua materna y comprende algunas frases en A.V., aunque solo produce elementos aislados; 3. La generación monolingüe español, que solo comprende algunas palabras y frases fijas en A. V. En todos los casos el español es la lengua que utilizan con mayor grado de frecuencia en su vida cotidiana actualmente. Esta división resulta evidente incluso para los hablantes entrevistados, como se desprende de los siguientes fragmentos:
Claro, y sí, porque ya son [somos] la última generación que todavía puede comunicarse con otras personas, porque tal vez una generación más ya entiende, pero no habla tanto, y una más sabe unas poquitas palabras (Eugenia, Aldea San Antonio).
A: ¿Y sus hijos hablan alemán o entienden?
B: Entiende si hablo bien despacio, pero no te va a pronunciar una palabra (Marta, Aldea San Antonio).
Aquí nos centraremos especialmente en el grupo 1, que domina el A.V. como lengua materna y que, en general, adquirió el español como segunda lengua. En las entrevistas aparecen con frecuencia numerosos pasajes que ilustran este proceso de adquisición que tuvo lugar normalmente al ingresar a la escuela:
Entonces, en la escuela todo castellano desde el primer día. Pero a nosotros nos costaba cuando teníamos que hablar con la maestra. ¿Me entendés? Ellos hacían preguntas y la vergüenza de hablar atravesado (...) porque no estábamos acostumbrados a hablar en castellano de corrido y hacer una conversación. Se estudiaba lo que había que estudiar y se estudiaba de memoria con tal de que lo sepas. Difícil eso. Muy difícil (Marta, Aldea San Antonio).
Yo nací en el campo acá, a cinco kilómetros, en el campo de mis padres. Me crié ahí hasta los 21 años. Y a los 21 años yo me casé en la aldea, sin saber hablar en castellano. Conocía, por lo que aprendí en la escuela. Pero cuando vos vas a la escuela, estás vaso, silla, mesa, pero no un diálogo. Lo aprendí acá. A los 21 años (Eugenia, Aldea San Antonio).
Los relatos de cómo llegaron a adquirir la lengua suelen ser similares, con alguna figura protagonista que funcionó como puente en ese proceso:
Y yo llegué a la aldea, mi esposo salía a trabajar, yo me quedaba sola todo el día (...) Y ahí vivía una señora, Catalina, ella tenía compasión de mí. Antes yo le decía a ella que yo no sabía hablar el castellano, y dice, yo te voy a enseñar. Yo te hablo y vos pregúntame si no lo sabes. Y bueno, yo era fácil de aprender, y ahí aprendí (Eugenia, Aldea San Antonio).
Yo no sabía una palabra en castellano. (...) Tenía 7 años y no sabía hablar una palabra en castellano. Menos mal que tenía una maestra, que hace mucho falleció. Ella en los recreos se quedaba conmigo y me consolaba y me hablaba y me enseñaba. Y pasé el primer grado. Borraba tanto que dejaba los agujeros. (...) Yo iba al recreo y me sentaba en una esquina a llorar. No, si la pasé muy feo (Ana, San Antonio).
En suma, se observa entre los A.V. una interrupción generacional en el uso de la lengua migratoria, que remite a una situación de desplazamiento o cambio lingüístico (Fishman, 1985; Thomason y Kaufman, 1988; Romaine, 1994) en la que la lengua de origen se abandona para adoptar la lengua hegemónica del entorno. Así, el español se utiliza en la mayor parte de las situaciones cotidianas y en los ámbitos oficiales, mientras que el alemán se reserva en la actualidad para una comunicación familiar y acotada, que muchas veces se va perdiendo, como relatan los entrevistados:
A: ¿Hasta hace poco lo hablaba?
B: Sí, cuando me encuentro con mis hermanas por ahí. O así alguna familia (Marta, Aldea San Antonio).
Y bueno, ahora ya es muy distinto. Yo ahora ni hablo en alemán (Ana, Aldea San Antonio).
Y nosotros, o sea, por ejemplo, yo también estoy empezando a perder [el alemán], desde que falta mi mamá, empezar a decir, ¿cómo decíamos aquella palabra? Nos comunicamos con mi hermana, a ver, escúchame, ¿cómo decíamos esto en alemán? Se va perdiendo (Eugenia, Aldea San Antonio).
Este desplazamiento no es particular de la provincia de Entre Ríos sino que está en consonancia con lo que ocurre frecuentemente con las lenguas minorizadas en Argentina,7 incluso con el A.V. en otras comunidades, como las de Buenos Aires (Schmidt, 1997; Hipperdinger, 2005; Feick, 2007; Ladilova, 2012), que presentan "un bilingüismo social recesivo, que revela contemporáneamente un generalizado desplazamiento de la lengua de origen" (Hipperdinger, 2015, p. 8). Específicamente para el caso de Entre Ríos, Cipria (2007, p. 14), observa que la alternancia entre el español y el A.V. ocurre solo con informantes mayores de 60 años, lo que muestra la situación de desplazamiento lingüístico, que se agudiza con la no adquisición del alemán como primera lengua en las casas. Este fenómeno lingüístico que se observa en las comunidades rurales (que tienden a ser más conservadoras) se acentúa aún más en las ciudades. A pesar de esto, y como retomaremos en el último apartado, existen actualmente algunos intentos de revitalización de la lengua.
3.1. Alternancia y mezcla de lengua español-A.V. en Entre Ríos
En el análisis de los datos de contacto español-A.V. distinguiremos algunos fenómenos centrales que, con distintas denominaciones, han sido abordados por diversos autores. Así, registramos casos de alternancia y mezcla de lenguas (Moreno Cabrera, 2016).8 La alternancia de lenguas ocurre en sujetos bilingües que (consciente o inconscientemente) alternan entre lenguas en distintas oraciones o partes del discurso, como en el siguiente ejemplo:
A: ¿Qué me decís?
B: Que si querés comer… Willst die Teller wischen? Die Kessele, die Kann, Kacerollen, alles. (Querés lavar los platos, las ollas, las jarras, cacerola, todo) (María, Lucas González).9 (Avellana y Ramos, en prensa)
La mezcla de lenguas, por su parte, se produce dentro del límite de una oración o cláusula. La diferencia entre la alternancia y la mezcla de lenguas, entonces, está dada por el hecho de “que en el primer caso las reglas gramaticales de las lenguas implicadas no interactúan, pero en el segundo caso sí lo hacen” (Moreno Cabrera, 2016, p. 49). En la mezcla de lenguas, lo más frecuente es que una de las lenguas aporte las reglas gramaticales (lengua matriz o lengua anfitriona) en las que se incrustan las palabras o sintagmas formados de acuerdo con las reglas de la otra lengua (lengua incrustada o lengua huésped). No siempre es fácil establecer la distinción y normalmente se suele aceptar que la lengua matriz es la que aporta las reglas sintácticas o los elementos funcionales (conjunciones, preposiciones, artículos, afijos flexivos, etc).
Me levanté y fui a buscar un pedazo de fetzen Wurst, a stückelche Brot. (chorizo seco, un pedazo de pan). (Avellana y Ramos, en prensa)
Estos fenómenos suceden en ambas direcciones (con lengua matriz español o A.V.) y, en ocasiones, resultan difíciles de distinguir:
Do habn wir uns aufs Bett gesetzt und gegesse y vos bajaste und du bist runner gangen weil du naus wolltest entonces10 und ich hab dich gesucht und ich hab mich gerückt und ein paar kartoffel gegessen, gebratene Kartoffeln. Malena ya sabe, fue antes de acostarse me parece, porque yo iba a apagar el calefón… (Nos sentamos en la cama y comimos y vos bajaste porque querías salir. Entonces te busqué y me agaché y me comí un par de papas, papas asadas). (Avellana y Ramos, en prensa)
Existen numerosas causas que pueden llevar a un hablante bilingüe a utilizar la otra lengua en su discurso. Siguiendo a Moreno Cabrera (2016, p. 49), pueden identificarse al menos cuatro. En primer lugar, el cambio de código puede estar motivado por una mayor facilidad de acceso a algún componente (léxico, gramatical) de una de las lenguas implicadas. En segundo lugar, puede tener una función de acercamiento o alejamiento hacia el interlocutor. En tercer lugar, puede tener una función expresiva o identificativa en la que el hablante desea resaltar o disimular algún aspecto personal. En cuarto lugar, puede utilizarse para indicar algún cambio temático o intencional en el discurso.
Normalmente resulta difícil determinar con precisión el motivo por el cual se recurre a la otra lengua pero un contexto que aparece con frecuencia en las entrevistas realizadas es el discurso directo, cuando se trae alguna anécdota que originalmente ocurrió en A.V, con los fines expresivos de hacer más verídico el relato. Así, en (13) y (14) los hablantes introducen fragmentos que recuerdan en A.V. de historias o situaciones vividas:
A: Nosotros decíamos Lod ('postigos').
B: Geh’ un mach mal die Lade alle zu, es geb Sturme dunn! y teníamos que salir a cerrar todos los postigos ('¡Andá y cerrá todos los postigos, porque viene tormenta!').
Entonces la tía pegó un grito en alemán y salió el gato de ahí. Nadie sabía Wo die Kazte war ('¿Dónde estaba el gato?').
Esta multiplicidad de funciones muestra que la alternancia y mezcla de lenguas no es resultado de una incapacidad o falta de conocimiento de las lenguas involucradas ni es una práctica caótica, sin ningún tipo de reglas. Siguiendo a Poplack (1980), la mezcla de lenguas no se produce de manera arbitraria sino que sigue las reglas gramaticales de las lenguas implicadas, o bien reglas que son resultado de la combinación de otras reglas. Esto último ha suscitado una discusión en torno a la posibilidad de que los bilingües no posean una o dos, sino tres gramáticas distintas. Así, autores como Sankoff y Poplack (1981) sostienen que la persona bilingüe no tiene solo dos competencias gramaticales (una para cada lengua) sino que posee una tercera para la interacción estructural entre ellas. Esta competencia presentaría una serie de restricciones como, por ejemplo, la restricción del morfema libre según la cual no puede haber mezcla de lenguas entre una raíz y un afijo, a no ser que el afijo haya sido incorporado previamente en la otra lengua. De esta manera, no serían esperables ejemplos como eatiendo o comiing ‘comiendo’ (Moreno Cabrera, 2016, p. 54), entre otras restricciones propuestas por los autores. Sin embargo, se ha observado que este tipo de restricciones no siempre ocurre, por lo que debería ser matizado, como observaremos en el próximo apartado.
La idea de que los hablantes bilingües tienen una tercera competencia es considerada poco plausible por numerosos autores. Así, MacSwan (2000, p. 325) ha propuesto que no existen condicionamientos específicos para la mezcla de lenguas. Esto no implica que la mezcla de lenguas se pueda producir de cualquier manera sino que no existirían restricciones que sean propias de la mezcla, como si fuera un fenómeno diferente de las reglas gramaticales de las lenguas involucradas. Si bien escapa al objetivo de este artículo, adoptamos aquí esta postura y asumimos que no existen restricciones específicas para la mezcla de lenguas, siempre que las opciones sigan los principios de las lenguas humanas (en el sentido de Chomsky 1981; 1986 y trabajos posteriores).
3.2. Préstamos del A.V. en el español de Entre Ríos
Además de los casos de alternancia y mezcla de lenguas, siguiendo a Sakel y Matras (2007), distinguiremos dos tipos de préstamos que pueden darse de una lengua a otra: préstamos de materia (matter borrowing) y préstamos de patrones (pattern borrowing). El primero ocurre cuando material fonológico de una lengua se introduce en la otra (el sentido clásico del término préstamo); el segundo tipo describe los casos en los que solo el patrón estructural de una lengua (organización y/o distribución gramatical o semántica), pero no su forma específica (expresión fonológica), se replica en otra.
En cuanto a los préstamos de materia, muchas veces se trata de palabras que no tienen una traducción en español, como en los siguientes ejemplos en los que el préstamo introduce comidas típicas de los A.V.:
Comé negro, sacate, hay pata, hay… lo que quedó… Hay fil… ¿Te gusta el filsen? ('especie de budín de pan') (María, Lucas González). (Avellana y Ramos, en prensa)
Preparó una tinikuche ('un tipo de torta'). (Ana, Aldea San Antonio)
Este tipo de préstamos está incorporado en toda la comunidad y no es exclusivo de hablantes bilingües y ni siquiera de descendientes de A.V.11 Lo mismo ocurre en la otra dirección: del español hacia el A.V., en donde se observan por ejemplo formas de raíz española que se incorporan al A. V. para designar realidades argentinas, normalmente vinculadas con el ámbito rural. Por mencionar algunas de ellas para el ámbito nominal: alpargaten 'alpargatas', stanz 'estancia', o para el ámbito verbal: sembrieren 'sembrar', arieren 'arar', cobrieren 'cobrar'. Estos préstamos del español ya están completamente integrados en el A.V.
Los préstamos de materia pueden también ser palabras ocasionales, que no integran el repertorio de los comunidad ni están incorporados en el español regional, como en el siguiente ejemplo:
En castellano decís "papá" acá y allá (...) Bueno, en Aldea San Juan le decían Pape y allí decían Tate y en alemán es Vater. Esto no tiene nada que ver con el idioma netamente alemán.
En estos casos, resulta difícil distinguir si se trata de un caso de préstamo o de un cambio de código en el nivel de la palabra.12 Así, siguiendo a Myers Scotton (1992), en el caso del préstamo la lengua incrustada se vuelve parte de la competencia léxica de la lengua matriz, mientras que en el cambio de código la lengua incrustada no pasa a incorporarse a la lengua matriz y solo sirve a necesidades socio-pragmáticas de la interacción sociolingüística. Sin dudas, la distinción resulta difícil de trazar dado que existe un continuum en el que los fenómenos que comienzan como cambio de código pueden derivar o no en préstamos y poseen distintos grados de integración (Myers Scotton, 1992; Hipperdinger, 2001; Field, 2002; Sakel, 2007).
Si bien el caso más frecuente de préstamos de materia son los préstamos léxicos y, dentro de estos, aquellos en los que la palabra no tiene un equivalente directo en la lengua receptora (wurst, filsen, tinikuchen), hemos registrado también préstamos de materia de elementos gramaticales. Esto sucede, por ejemplo, cuando se utilizan los determinantes en A.V en una conversación predominantemente en español. En el siguiente ejemplo se observa cómo el artículo –que acompaña en el ámbito familiar los nombres propios en el español regional– se incorpora desde el A.V. hacia el español:
Die Mora está lastimada. (Die= artículo femenino en A.V., 'la').13 (Avellana y Ramos, en prensa)
La incorporación de elementos funcionales es mucho menos habitual y, de hecho, va en contra de algunas propuestas que postulan una restricción para el cambio de código sobre las clases cerradas (Joshi, 1985).
Por su parte, los préstamos de patrones se registran centralmente en el nivel fonológico, donde se trasladan patrones articulatorios del A. V. al español. Ilustramos a continuación cuatro de los fenómenos que se observan en las hablantes de A.V. que han adquirido el español de adultos:
Pronunciación de la vibrante múltiple como vibrante simple: (p. ej. Urdinarrain > Urdinarain)
Pronunciación marcada de las sibilantes en final de palabra o de sílaba, lo que constituye un fenómeno inusual en esta zona en la que suele, por el contrario, ser aspirada/omitida. Por ejemplo, la pronunciación de Mis hermanos que regionalmente suele realizarse como [miher'mano], mantiene las sibilantes entre los A.V.
Pronunciación oclusiva de los fonemas /b/, /d/ y /g/, incluso en posición intervocálica. Por ejemplo, pronunciación de dédo como ['dedo] y no como ['deðo].
Ensordecimiento de /b/ española. Por ejemplo, realización de bebé como [pe'pe].
Los hablantes son conscientes de estos rasgos fonológicos trasladados del A. V. como sugiere el siguiente fragmento, que ilustra la característica que enumeramos como 4:
(19) Y en alemán, que teníamos que estudiar el abecedario en alemán, decíamos a, b, a la b larga, p (...) Entonces cuando vos escribías, te veías como hablabas. ¿Y eso, sabés cuándo lo descubrí? Cuando fui a la Universidad de Concordia. Le digo, decime para que yo pueda cambiar mi escritura. Yo quiero ortografía. Y dice, escúchame, ¿qué ortografía vas a cambiar? Si estás hablando extranjerizado. Dice, sacá el extranjerizado, entonces, estás perfecta. Dice, la b larga no es una p. ¿Me entendés? (Eugenia, Aldea San Antonio).
Esta transferencia de préstamos de niveles abstractos se observa también en el nivel morfosintáctico. Por ejemplo, es frecuente la fluctuación en la alternancia aspectual perfectivo-imperfectivo en el pasado, alternancia inexistente en el A.V.:
(20) Una de las nueras estaba en la casa con la abuela. Habían tres bebés: la abuela tenía un bebé, mi mamá tenía un bebé, la nuera tenía un bebé. Entonces la abuela y la nuera se quedaron ['se quedaban'] para cuidar esos bebés y los otros más chicos que había (Eugenia, Aldea San Antonio).
En suma, dentro de los fenómenos de contacto de lenguas identificados, la alternancia/mezcla de lenguas se ubica en un extremo en el que la presencia del A.V. sobre el español es visible e innegable. En el otro extremo encontramos los casos de préstamos de patrones, que muchas veces resultan difíciles de detectar y, mucho más, de atribuir exclusivamente al contacto con otra lengua. De todos estos fenómenos, solo los préstamos de materia sobreviven y permanecen en las siguientes generaciones, monolingües en español.
4. De lenguas y variedades
Desde un punto de vista sociolingüístico, es interesante mencionar el alto grado de conciencia que manifiestan los hablantes entrevistados en relación con las distintas lenguas (alemán-ruso-español) con las que se relacionan y las diferentes variedades dialectales que pueden reconocerse dentro del mismo A.V.
En el siguiente fragmento se incluye una conversación en la que tres hablantes de A.V. intercambian pareceres sobre la presencia del ruso en el alemán:
(21) A: Bei uns warscht “die Cumbre” ('en lo de nosotros [=el A.V.] era die Cumbre 'el zapallo').
B: Und Cumbre ist Russisch ('y cumbre es ruso').
A: Ja ware, und Datschen sag “die Kurgen” ('Sí, es verdad, y los alemanes dicen die Kurgen).
Asimismo, es frecuente escuchar conversaciones sobre cómo se dice algún elemento léxico en una u otra aldea, dependiendo de la variedad de A.V. de que se trate:
(22) A: La olla, ¿acá cómo le dicen en alemán?
B: Krobbe. En San Juan, allá en las vías, Kessel.
A: Ah, yo lo conozco como Kessel.
B: Sí, tu mamá es de allá (Marta y Celia, Aldea San Antonio).
(23) En castellano decís "papá" acá y allá (...) Bueno, en Aldea San Juan le decían "Pape" y allí decían "Tate" y en alemán es "Vater". Esto no tiene nada que ver con el idioma netamente alemán.
El A.V. es llamado "dialecto" de manera generalizada en las aldeas y se opone al "idioma netamente alemán" del ejemplo (23) al que los hablantes suelen referirse como "alemán correcto" o "verdadero":
(24) A: ¿En qué alemán es eso?
B: El verdadero alemán (Marta, Aldea San Antonio).
De esta manera, el alejamiento que perciben los hablantes respecto del "verdadero" alemán está basado, entre otras cosas, en la mezcla:
(25) Nosotros somos mucho de mezclar. El alemán con el castellano. A veces cuando nos juntamos armamos una mezcla. O yo con mi marido hablo también. Pero también mezclado. Y cuando vienen los nietos ya ni se habla (Ana, Aldea San Antonio).
A pesar de la situación de desplazamiento lingüístico que hemos descripto en el primer apartado, el mantenimiento actual de la lengua resulta atípico comparado con otras lenguas inmigratorias, dado que aún es posible encontrar hablantes que la utilizan cotidianamente (aunque en contextos limitados). En este sentido, es interesante observar cómo el fenómeno que Hipperdinger (2015) denomina revival étnico se registra también en las comunidades de Entre Ríos, un fenómeno que consiste en la revalorización de costumbres entre los descendientes de Alemanes del Volga. En el caso de Entre Ríos, este fenómeno se observa no solo en las numerosas páginas web de las más de veinte asociaciones de descendientes en la provincia de Entre Ríos sino también en la aparición del A.V. en la cartelería y señalética presente en las fiestas típicas, la venta de productos gastronómicos y la difusión de la cultura e historia hacia las nuevas generaciones.
En efecto, todo lo anterior puede observarse de manera privilegiada en el “paisaje urbano” (Landry y Bourhis, 1997) de las aldeas: negocios y emprendimientos de descendientes de Alemanes del Volga llevan un nombre en esta lengua, hay carteles y placas en plazas, estatuas y esculturas, escuelas, iglesias, aparece en los nombres de las calles, en la cartelería de las fiestas tradicionales, etc. En todos estos casos el uso del A.V. cumple esencialmente una función simbólica, entendiendo a esta como el uso de la lengua “como símbolo tradicional de la herencia y la etnicidad del grupo” (Madera, 1999, p. 137).14 Este uso simbólico reafirma la situación de desplazamiento lingüístico que está ocurriendo con el A.V., dado que, una lengua en avanzada retracción puede continuar con el tipo de usos que Gumperz y Blom (1971) denominan metafóricos: “para llamar la atención, para causar gracia, para indicar que la solidaridad (el carácter de pares que la etnicidad confiere) es la arena social en la que se está proponiendo interactuar” (Hipperdinger, 2015, p. 13). Como lo ha señalado Fishman (1985, p. 63), el predominio de tales usos en una lengua minoritaria constituye un indicador de cambio de lengua, ya que por sí solos no alcanzan para garantizar su continuidad.
El proceso de revival étnico involucra, a menudo, la incorporación de elementos del alemán “estándar”, que pasan a coexistir con el A.V. en una alternancia/mezcla de variedades. Será, sin dudas, de gran interés estudiar a futuro cómo se vinculan estas distintas variedades dentro de las comunidades y si el revival étnico logra trascender el uso simbólico para convertirse en lengua materna de las nuevas generaciones.
5. Conclusiones
En este artículo hemos proporcionado un panorama sociolingüístico y lingüístico actual de la comunidad de alemanes del Volga en Entre Ríos. Desde el punto vista sociolingüístico, hemos podido identificar tres grupos diferenciados en cuanto al dominio del A.V., que se condice con el que presentan otras situaciones de desplazamiento lingüístico. Desde el punto de vista lingüístico, nos hemos detenido en el análisis de distintos fenómenos de contacto de lenguas que aparecen en los hablantes del grupo 1, aquel que posee dominio del A.V. y adquirió el español de adulto. En este, hemos podido caracterizar distintos casos de alternancia y mezcla de lenguas, por un lado, y de préstamos de materia y de estructura, por el otro.
En líneas generales, hemos concluido que los fenómenos de alternancia y mezcla de lenguas se limitan al habla bilingüe, dado que suponen un dominio de la gramática de ambas lenguas involucradas. En el caso de los préstamos, los de estructura suelen estar más vinculados con la adquisición del español como segunda lengua, por lo que aparecen en su mayoría en hablantes bilingües y especialmente en aquellos que han adquirido el español de adultos. Ninguno de estos fenómenos suele sobrevivir más allá de esta generación (con excepción de algunos aspectos fonológicos que procuraremos indagar a futuro). En este contexto, solo los préstamos de materia permanecen en las siguientes generaciones y en el paisaje lingüístico de las comunidades del Volga y, algunos de ellos, se incorporan incluso en el nivel regional.
Si bien la situación descrita corresponde a un caso de desplazamiento lingüístico, se observan algunos procesos de revitalización en curso que buscan revertir la situación. Consideramos de central importancia la documentación y sistematización del habla de los alemanes del Volga en su contacto con el español, así como el análisis de los contextos sociolingüísticos que llevan al mantenimiento o desplazamiento de su lengua, ya que su conocimiento y valorización puede incidir en las representaciones que los hablantes tienen de sus propias variedades y, eventualmente, generar cambios en su mantenimiento. Esperamos a futuro profundizar en el registro y análisis de ambos aspectos y que los resultados contribuyan a modificar las representaciones actuales asociadas con “hablar en dialecto”.
Referencias bibliográficas
Appel, René y Muysken, Pieter. (1996). Bilingüismo y Contacto de Lenguas. Barcelona, Ariel Lingüística.
Avellana, Alicia. (2013). Tiempo y Aspecto en el español en contacto con la lengua toba (qom). En Di Tullio, Ángela (comp.), El español de la Argentina (pp. 153-175). Buenos Aires, Eudeba.
Avellana, Alicia y Ramos, Camila. (en prensa). Español y alemán del Volga: Dos lenguas en contacto en Entre Ríos. Actas de las Jornadas Binacionales en Educación Superior. Universidad Autónoma de Entre Ríos y Universidad de la República.
Backus, Ad y Verschik, Anna. (2012). Copiability of (bound) morphology. En Johanson, Lars y Robbeets, Martine (eds.), Copies versus cognates in bound morphology 2 (pp. 1-32). Boston, Leiden, BRILL.
Bein, Roberto. (2012). La política lingüística respecto de las lenguas extranjeras en la Argentina a partir de 1993 [Tesis doctoral]. Wien, Universität Wien. https://acortar.link/vuToyu
Chomsky, Noam. (1981). Lectures on Government and Binding. Dordrecht, Foris.
Chomsky, Noam. (1986). El conocimiento del lenguaje. Su naturaleza, origen y uso. Madrid, Alianza.
Cipria, Alicia. (2007). Language loyalty and self-esteem 250 years after first migration: Volga German Communities in Entre Ríos, Argentina. Southern Journal of Linguistics, 31(1), 1-19.
Feick, Diana. (2007). Einstellungen zum Deutschen und Möglichkeiten des Spracherhalts in einer wolgadeutschen Sprachinsel in Argentinien. En Hipperdinger, Yolanda (comp.), Estudios sobre contacto inter- e intralingüístico (pp. 59-120). Bahía Blanca, EdiUNS.
Field, Fredric. (2002). Linguistic Borrowing in Bilingual Contexts. Amsterdam/Philadelphia, John Benjamins.
Fishman, Joshua. (1985). Language maintenance and ethnicity. En Fishman, Joshua et al. (eds.), The rise and fall of the ethnic revival (pp. 57-75). Amsterdam, Mouton.
Fontanella de Weinberg, María Beatriz. (1979). La asimilación lingüística de los inmigrantes. Mantenimiento y cambio de lengua en el sudoeste bonaerense. Bahía Blanca, Universidad Nacional del Sur.
Gugenberger, Eva. (2001). Identidad, conflicto lingüístico y asimilación: observaciones acerca de la lengua gallega en Buenos Aires. En Núñez Seixas, Xosé (ed.), La Galicia Austral. La inmigración gallega en la Argentina (pp. 251-277). Buenos Aires, Biblos.
Gumperz, John y Blom, Jan-Petter. (1971). Social meaning in linguistic structures: Codeswitching in Norway. En Gumperz, John (ed.), Language in social groups (pp. 274-310). Stanford, Stanford University Press.
Hipperdinger, Yolanda. (2001). Integración y adaptación de transferencias léxicas. Contribución al estudio del contacto lingüístico en español bonaerense. Bahía Blanca, EdiUNS.
Hipperdinger, Yolanda. (2005). Die Sprache(n) der Wolgadeutschen in Argentinien. Wien, Praesens.
Hipperdinger, Yolanda. (2015). Ethnic revival: actitudes, políticas y usos lingüísticos de los alemanes del Volga en la Argentina. Lengua y migración, 7(2), 7-27. https://acortar.link/ELu2KE
Hipperdinger, Yolanda. (2016). Las lenguas inmigratorias en la Argentina. El caso de los alemanes del Volga. Sociedad y Discurso, 30, 92-114. https://acortar.link/HSlKYJ
Hipperdinger, Yolanda y Rigatuso, Elisabeth. (1996). Dos comunidades inmigratorias conservadoras en el sudoeste bonaerense: dinamarqueses y alemanes del Volga. International Journal of the Sociology of Language, 117, 39-61. https://acortar.link/BAwSSM
Joshi, Aravind. (1985). Processing of sentences with intrasentential code switching. En Dowty, David; Karttunen, Lauri y Arnold Zwicky (eds.), Natural Language parsing (pp. 190-205). Cambridge, Cambridge University Press.
Ladilova, Anna. (2012). Kollektive Identitätskonstruktion in der Migration. Eine Fallstudie zur Sprachkontaktsituation der Wolgadeutschen in Argentinien. Frankfurt am Main, Peter Lang.
Ladilova, Anna. (2019). Ruso en el habla de los alemanes del Volga en Argentina. Logos: Revista De Lingüística, Filosofía Y Literatura, 29(1), 109-121. https://acortar.link/8zDffh
Landry, Rodrigue y Bourhis, Richard. (1997). Linguistic landscape and ethnolinguistic vitality: An empirical study. Journal of Language and Social Psychology, 16(1), 23-49. https://doi.org/10.1177/0261927X97016100
Lipski, John. (2007). El español de América en contacto con otras lenguas. En Lacorte, Manel (ed.), Lingüística aplicada del español (pp. 309-346). Madrid, Arco Libros.
MacSwan, Jeff. (2000). The architecture of the bilingual language faculty: Evidence from codeswitching. Bilingualism: Language and Cognition, 3(1), 37-54. https://doi.org/10.1017/S1366728900000122
Madera, Mónica. (1999). Identidad de grupo y funciones de la lengua en el análisis de la desaparición o mantenimiento de una lengua. En Herzfeld, Anita y Lastra, Yolanda (eds.), Las causas sociales de la desaparición y del mantenimiento de las lenguas en las naciones de América (pp. 137-149). Hermosillo, Universidad de Sonora.
Messineo, Cristina. (2003). Lengua toba (guaycurú). Aspectos gramaticales y discursivos. Munich, Lincom Europa Academic Publisher.
Moreno Cabrera, Juan Carlos. (2016). Multilingüismo y lenguas en contacto. Madrid, Síntesis.
Muysken, Pieter. (2000). Bilingual Speech: A typology of Code-Mixing. Cambridge, Cambridge University Press.
Myers Scotton, Carol (1992). Codeswitching as a mechanism of deep borrowing, language shift, and language death. En Brenzinger, Matthias (ed.), Language Death. Factual and Theoretical Explorations with Special Reference to East Africa (pp. 151-186). Berlin/New York, Mouton de Gruyter.
Poplack, Shana. (1980). Sometimes I’ll start a sentence in Spanish y termino en español: toward a typology of code-switching. Linguistics, 18(7/8), 581-618. https://doi.org/10.1515/ling.1980.18.7-8.581
Popp, Victor y Dening, Nicolás. (1977). Los alemanes del Volga. Tras largo peregrinar por Europa hallaron patria definitiva en América. Buenos Aires, Edición de los autores.
Romaine, Suzanne. (1994). Language in Society. Oxford, Oxford University Press.
Sakel, Jeanette. (2007). Types of loans: Matter and pattern. En Matras, Yaron y Sakel, Jeanette (eds.), Grammatical Borrowing in Cross-Linguistics Perspective (pp. 15-29). Berlin/New York, Mouton de Gruyter.
Sakel, Jeanette y Matras, Yarón. (2007). Grammatical borrowing in cross-linguistic perspective. Berlin/New York, Mouton de Gruyter.
Sankoff, David y Poplack, Shana. (1981). A formal grammar for code-switching. Papers in Linguistics, 14, 3-45. https://acortar.link/7nTeq3
Schmidt, Arnd. (1997). Kollektive Zweisprachigkeit in einsprachiger Umgebung. Eine Wolgadeutsche Sprachinsel in Argentinien. Kiel, Westensee-Verlag.
Thomason, Sarah Grey. (2001). Language Contact Creolization and Genetic Linguistics. Berkeley/Los Angeles/Oxford, University of California Press.
Thomason, Sarah Grey y Kauffman, Terrence. (1988). Language Contact, Creolization, and Genetic Linguistics. Berkeley/Los Angeles/Oxford, University of California Press.
*Alicia Mariana Avellana es Licenciada y Doctora en Letras (mención en Lingüística) por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Magíster en Lingüística por la Universidad Nacional del Comahue (UNComa). Es investigadora independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y docente de Gramática y Lengua Española (UBA/Universidad Autónoma de Entre Ríos). Dirige y participa en diversos proyectos de investigación vinculados con la documentación y el análisis de la variación lingüística en la Argentina, la adquisición de segundas lenguas y el contacto de lenguas entre el español y las lenguas indígenas y de migración.
Quisiera agradecer la revisión minuciosa de dos evaluadores anónimos que contribuyeron a mejorar la calidad de este trabajo.↩︎
Siguiendo a Bein (2012), los datos de la Dirección Nacional de Migraciones registran para el período 1857-1940 unos 407.000 inmigrantes oriundos de países de habla alemana, que constituyen el 4,7% del total de los inmigrantes, aunque no todos hablaban la lengua alemana. Las minorías alemanas de Rusia deben estimarse, según el autor, entre los 177.000 inmigrantes con pasaporte ruso. La dificultad de estos cálculos se vincula con los constantes cambios políticos y territoriales en Europa, que hacían que las poblaciones involucradas cambiaran de pertenencia estatal y hasta de lengua.↩︎
De acuerdo con Cipria, las cifras estimativas se basan en el seguimiento de los descendientes de los apellidos originales arribados a la Argentina, la inspección de guías telefónicas, registros electorales, registros de matrimonios y estudios genealógicos a cargo de diferentes miembros de la comunidad.↩︎
Siguiendo a Hipperdinger, “aunque para las comunidades inmigradas no existen datos verdaderamente fiables respecto de ese número (cuya sensibilidad al 'entusiasmo de los diversos grupos regionales' ha sido señalada por Bein 2012: 57), puede citarse como estimación para el caso que nos ocupa la del Center for Volga German Studies de la Universidad de Concordia (Portand, Oregon), que consigna, para 2007, la cifra de dos millones de descendientes (<http://cvgs.cu-portland.edu/immigration/Argentina.cfm>)” (2015, p. 24).↩︎
En este artículo utilizamos el glosónimo “alemán del Volga” para dar cuenta de todas las variedades de alemán habladas en las aldeas, a las que los hablantes se refieren como "dialecto". Esta denominación constituye, sin embargo, una abstracción, dado que agrupa distintas variantes que existen entre aldeas y entre los mismos hablantes.↩︎
En esta primera etapa se trabajó en los Departamentos de Gualeguaychú (Aldea San Antonio), Nogoyá (Lucas González) y Uruguay (Santa Anita). Se espera en una segunda etapa avanzar hacia las aldeas del Departamento de Diamante.↩︎
Incluso en las comunidades no migrantes, originarias de nuestro territorio, puede observarse esta división generacional tripartita (véase, por nombrar un ejemplo, para el caso del qom, Messineo, 2003 y Avellana, 2013).↩︎
Utilizamos estos términos que incluimos dentro del más amplio cambio de código y que en otros autores puede encontrarse como cambio de código "interoracional" o "intraoracional", conocido también este último como mezcla de código [code mixing] (Muysken, 2000; Thomason, 2001), entre varias otras denominaciones.↩︎
El A.V. no cuenta con una convención escrita estandarizada, por lo que no resulta sencilla su transcripción. En este trabajo adoptamos los recursos provistos por el alemán estándar para consignar por escrito las producciones de los hablantes entrevistados.↩︎
En este ejemplo se observa la inserción de palabras pragmáticas discursivas, que tienen una alta frecuencia de incorporación en el cambio de código (Backus y Verschik, 2012, p. 140)↩︎
No es casual, entonces, que estos sean justamente los términos que aparecen sin traducción en las páginas web de descendientes de A. V., como observa Hipperdinger (2015, p. 17).↩︎
Appel y Muysken (1996), para realizar esta distinción, recurren a la división saussureana entre lengua y habla. Mientras que el préstamo implica la integración de dos lenguas en el nivel de la lengua, la alternancia está vinculada con el habla. En el primer caso habría adopción dentro de un sistema (un caso de préstamo), mientras que en el otro hay dos sistemas implicados (alternancia).↩︎
Como sugiere un/a revisor/a anónimo/a, otra manera de interpretar este enunciado es como un caso de cambio de código entre el sujeto (en alemán) y el predicado de la oración (en español), con la particularidad de que el núcleo de la frase nominal sujeto es aquí un nombre propio que, como es esperable, permanece igual en las dos lenguas.↩︎
Es necesario señalar, sin embargo, que en esta conservación, la lengua no siempre es el factor fundamental dentro del conjunto de tradiciones de los A.V. Como señala Hipperdinger basándose en el trabajo de Ladilova (2012): “Cuando en las entrevistas la investigadora preguntó por los rasgos que los descendientes de alemanes del Volga consideraban que los distinguían de argentinos con otra ascendencia, en orden de frecuencia la lengua quedó en tercer lugar” (Hipperdinger, 2015, p. 12). En consonancia con estudios sobre otras comunidades de migración (Gugenberger, 2001, para el gallego), “se infiere que la lengua propia puede ser importante para la definición del grupo étnico, pero no es lo más importante.” (Hipperdinger, 2015, p. 13)↩︎