Adriana Alejandra Mambrín2
Este trabajo articula aportes de los estudios culturales, estudios visuales y semiótica de la imagen, para abordar los repertorios visuales sobre las mujeres en el espacio público urbano durante el 32° Encuentro Nacional de Mujeres, en el contexto de producción y circulación de discursos mediáticos.
Se recuperan publicaciones del 14 al 16 de octubre de 2017, fechas de desarrollo del encuentro. Esta selección se divide en: (1) periódicos locales (Chaco) de circulación tanto impresa como digital3 (Norte y El Diario de La Región), y (2) revistas de alcance nacional con circulación enteramente digital (La Primera Piedra y LatFem). En conjunto, estos medios publicaron 39 notas y 232 fotografías.
La contrastación muestra que la construcción mediática se enfoca en: representaciones del espacio ciudad donde las mujeres aparecen en “coloridas” manifestaciones (Norte), y en representaciones de mujeres configuradas como la espacialidad significativa donde las señales del espacio ciudad, sólo aparece mediante la captura del mensaje de grafitis (LPP).
Palabras clave: fotografía de prensa, repertorios visuales, territorio.
This work articulates contributions from cultural studies, visual studies and the semiotics of the image to board the visual repertoires about women in the urban public space during the 32nd National Women's Meeting in the context of production and circulation of media discourses.
Are recovered publications from October 14 to 16, 2017, development dates of the meeting. This selection is divided into: local newspapers with both print and digital circulation (Norte and El Diario de La Región), and (2) magazines with national coverage and entirely digital circulation (La Primera Piedra and LatFem). Together, these media published 39 articles and 232 photographs.
The contrast shows that the media construction focuses on: representations of the city space where women appear in “colorful” demonstrations (Norte), and on representations of women configured as the significant spatiality where the signs of the city space only appear through the capture of the graffiti message (LPP).
Keywords: press photography, visual repertoires, territory.
En este abordaje se ensaya una primera lectura analítica y contrastiva sobre los repertorios visuales que se pusieron en circulación con motivo del 32° Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) celebrado en Resistencia (Chaco) en octubre de 2017 4.
El corpus empleado es heterogéneo, ya que consta de textos de circulación periodística que corresponden a distintos géneros discursivos –crónicas, noticias y fotorreportaje–, son de distintos ámbitos de circulación –revistas y diarios de alcance local y nacional– con distinta orientación ideológica –medios tradicionales y alternativos–. Sin soslayar la heterogeneidad propia de los discursos informativos de la prensa gráfica, que pueden entenderse en términos de Mitchell (2003) como medios visuales mixtos, puesto que se construyen mediante materialidades sígnicas diferentes –lingüística y visual– que requieren prácticas perceptivas específicas y donde, además, una puede modificar la función de la otra.
Se trabaja aquí con las versiones digitales de los periódicos de cobertura local: Norte y El Diario de La Región; y las revistas digitales y de alcance nacional: La Primera Piedra (LPP) y LatFem, quienes contribuyen a la configuración de repertorios visuales con la puesta en página de las fotografías producidas en el contexto del encuentro.
Los repertorios se organizan de acuerdo con los dos criterios clasificatorios planteados por Sergio Caggiano (2012): (1) el “lugar de enunciación del productor” y sus capacidades técnicas para hacerlo, y (2) “la circulación de esos repertorios como resultado de la potencia de difusión” (p. 127). Este autor, a su vez, determina que la cualidad alternativa se da por la autodefinición explícita de los medios como enunciadores alternos a los discursos de circulación “dominante”, por lo que su proposición categórica es una herramienta que posibilita reponer ausencias, discutir y ensayar las representaciones dadas a ver por los distintos medios.
Asimismo, la operacionalización de estas categorías clasificatorias resulta útil al considerar la producción de sentido actual donde la inmediatez, asistida por las tecnologías de comunicación y la circulación pública de las imágenes, privilegia la posición de lo visual para establecer, sostener o poner en tensión determinados valores y posiciones sociales (Mirzoeff, 2003). Ello, en un escenario social que experimenta un aceleramiento en la toma de conciencia sobre las relaciones de género desde la eclosión de la intervención masiva en el espacio público por parte de colectivos feministas y de mujeres sin afiliaciones con el primer #NiUnaMenos5 el 3 de junio de 2015.
En este marco, por un lado, se observa cómo se componen los repertorios visuales sobre las mujeres en el contexto de la puja política que implica la ocupación masiva del espacio público de la ciudad. Para ello, es necesario indagar no sólo en la presencia de la imagen fotográfica en la construcción del acontecimiento noticioso, sino detenerse en las relaciones que estas entablan con el material lingüístico. Y, de este modo, reflexionar si surgen puntos de inflexión en el repertorio visual hegemónico que dejan (en apariencia) mostrar otra visualidad de las mujeres (el modo que ellas escogen mediante alguna intervención en sus cuerpos, por ejemplo) o si la circulación de determinadas imágenes se debe a una operación de mera espectacularización del evento.
Y, por el otro, se reflexiona sobre la cuestión política involucrada en tal ocupación donde la visibilización de los cuerpos de las mujeres aparece como un capital discursivo que se materializa en dicha acción. Es decir, las mujeres de cuerpo presente en las plazas y las calles de la ciudad son un contrapunto a la embestida que sufre el ejercicio de su ciudadanía y refleja, en la resistencia de los observadores, las representaciones sociales6 complejas que refuerzan y justifican su no ciudadanía (Barbieri, 1991, p. 211).
Se pone de relieve así la tensión de la noción misma del espacio público de la ciudad en tanto espacio físico social de confluencia y de pertenencia, corriendo a la ciudad de ese lugar simbólico y ubicándola en una función de mera geolocalización que en los ENM se potencia por su carácter itinerante.
En este entramado sociocultural y político de sobrecarga y circulación informativa subyace la noción de hegemonía (Williams, 2000), dado que el quehacer de la prensa se inviste de legitimación, a la vez que tiene una voz legitimante que contribuye a los regímenes de (in)visibilización (Reguillo, 2008). Además, gracias a sus alcances de difusión organizan modos de ver (Berger, 2016), según “repertorios de equivalencias posibles” que pueden colaborar o discutir las “identidades políticas” (Segato, 2007, p. 113).
Cabe mencionar aquí que tanto la fotografía como el acontecimiento son entendidos como construcciones resultantes de condiciones de producción concretas, donde la foto no constituye todo el “campo visual” y el acontecimiento no es toda la realidad empírica, sino que ambos son una interpretación posible y selectiva de la misma (Giordano, 2012; Rost, 2009; Tagg, 2005). Y, en esa interpretación de lo empírico, “el espacio de la representación fotográfica” es también un “espacio de enunciación” (Dubois, 2019, p. 36).
La fotografía de prensa en tanto discursividad social (Verón, 1997) se basa en la coyuntura noticiosa, recoge los hechos de relevancia social, política y económica, por lo que su propósito se encuentra definido por la planificación, el encargo y la voluntad mediática (Baeza, 2001). Si bien tiene distintos propósitos (informativos, narrativos, descriptivos), es el proceso de mediatización, es decir, su inserción en contextos más amplios, lo que determina su funcionamiento (Verón, 1997) y su clasificación.
Es importante, en este contexto de producción de sentido, tener en cuenta que los medios no sólo informan acerca de un suceso, sino que “sitúan y contextualizan”, “explican y juzgan” (Gomis, cito en Rost, 1991, p. 239) modelando de esa manera una “actualidad” basada en una selección parcial (Rost, 2009, p. 239) de atributos. Por ello, “mostrar nunca es simplemente ‘mostrar lo que hay’” (Caggiano, 2012, p. 105).
Antes de continuar, es preciso describir, sucintamente, el marco en el que se producen y circulan las fotografías que conforman los repertorios visuales que interesan en este abordaje. Esto tiene que ver con el ENM, el que tiene una larga trayectoria en el país. El primero, que se llevó a cabo en 1986 en la ciudad de Buenos Aires, surgió como iniciativa de un grupo de mujeres que participó, un año antes, de la III Conferencia Mundial de Mujeres7 en Nairobi, Kenia. Desde sus inicios se cimentó sobre siete pilares que hasta hoy fundamentan el carácter de los encuentros (autonomía, autoconvocatoria, democracia, pluralismo, autofinanciamiento, federalismo y horizontalidad) y su motor de acción, que se asienta en la especificidad de género, expresa el quehacer político de las mujeres.
La particularidad de estos eventos no está sólo en el carácter de su organización, sino también en la agenda de actividades. Estas no se agotan en la ocupación del espacio urbano, sino que se concentran en tareas de concienciación y enseñanza-aprendizaje mediante la concreción de talleres donde se debaten distintas dimensiones que atañen a la experiencia vital de las mujeres (sexualidades, maternidades, lesbianismo, bisexualidad, relaciones de pareja, políticas del cuerpo, aborto, duelo, discapacidad, salud, adicciones, VIH, acceso a la justicia, violencia obstétrica, acoso, trata, prostitución, división de tareas, trabajo/desocupación/sobreocupación, pobreza, etc.). También se promueven manifestaciones culturales como las peñas y expresiones artísticas que van desde las letras, la música, la danza, el teatro, los monólogos y el stand up, pasando por el muralismo hasta muestras fotográficas y pictóricas.
Las sedes se escogen en cada cierre de edición y desde allí comienzan los preparativos para constituir una nueva Comisión Organizadora (CO) con mujeres autoconvocadas del nuevo lugar, sea cual sea su profesión, oficio, ascendencia étnica o adscripción política. El trabajo de la CO es horizontal, sin establecimiento de jerarquías y funciona de manera autónoma, es decir que no depende de ninguna instancia gubernamental o política. El encuentro sucede gracias a la autogestión y el autofinanciamiento de quienes participan de ellos, quienes al inscribirse colaboran con algún monto fijado por la organización de turno. Asimismo, se reciben donaciones siempre anónimas para garantizar el trabajo sin condicionamientos de ningún tipo.
Con el devenir de los años, los encuentros engrosaron el número de participantes, alcanzando, por ejemplo, la presencia de alrededor de 70 mil asistentes en la edición 32° denominada “El encuentro somos todas-Naponaxtac enauac qomi”, celebrada en Resistencia (Chaco)8 entre el 14 y el 16 de octubre de 2017. En dicha ocasión se inauguraron dos nuevos talleres (Mujeres y cultura de la violación y Activismo gordx) concretándose, de ese modo, el debate en 71 aspectos que atañen a la experiencia vital de las mujeres e identidades femeninas, y por primera vez se incluyó en la grilla de actividades oficiales la marcha “Orgullosamente torta” (14 de octubre), una manifestación de importancia para la construcción de la visibilidad lésbica, que en ediciones anteriores se realizaba por fuera de la programación.
Entre las consignas del 32° ENM se hallan las reivindicaciones históricas vinculadas al aborto legal, seguro y gratuito; la educación sexual integral; equiparación salarial por igual tarea entre varones y mujeres; erradicación de la trata de personas; y se agregan reclamos vinculados a la coyuntura sociopolítica y económica reciente como el pedido por la ley de emergencia contra la violencia de género y presupuesto inmediato para efectivizar sus dispositivos; el pedido por la aparición de Maira Benítez; el pedido de justicia por Santiago Maldonado; la libertad para Milagro Sala, considerada presa política, entre otras.
En este abordaje sobre los repertorios visuales configurados durante el 32° ENM y puestos en circulación en los medios seleccionados, la noción de espacio público está vinculada al espacio físico social y común de una ciudad, cuyos elementos constitutivos: calles o plazas específicas, edificios emblemáticos, monumentos, personas prescritas como más representativas del espíritu de la ciudad, operan como atributos de un paisaje característico que pretende mantenerse como síntesis de la identidad de sus ciudadanos. Y esa representación de ciudad, como veremos más adelante, también aparece en la disputa por la visibilidad a la hora de la construcción del acontecimiento noticioso.
No obstante, el ENM se trata de ellas, gestionado por ellas, para ellas. Es su espacio y se celebra a cielo abierto donde quepan todas las que quieran participar, el espacio público de la ciudad, donde confluyen las relaciones humanas y las prácticas de sentido social y político no sólo deja de ser el lugar exclusivo de los varones, sino que, además, a nivel simbólico, pierde el estatus identitario.
En este sentido, cobra cierto espesor optimista la afirmación paradigmática sobre la nueva territorialidad9 que plantea Segato (2016), donde la espacialidad pasa a estar configurada o trazada en los propios cuerpos de las mujeres sobre los cuales el poder actúa. Así, se puede entender que la presencia y acción colectiva de las mujeres en la calle no sólo visibiliza demandas políticas concretas, sino que pone en tensión la noción misma de una territorialidad urbana como un espacio físico de encuentro y de pertenencia –o de deseo de pertenencia–.
Esto se debe a que en ese encuentro de los cuerpos/territorios, por sus gestos, sus movimientos y sus modos de actuar en común, se realiza un “nosotras” y un “nosotrxs” (Butler, 2014) que, además, discute los términos de construcción de ciudadanía de las mujeres visibilizando la tensión entre las nociones de individuo autónomo y las de pertenencia a un grupo, el de las mujeres (Fernández Hazan, 2011). El territorio se hace carne y la pertenencia también y esto reduce a la ciudad a una función de mera geolocalización.
Debido a la magnitud que suponen los ENM por la afluencia femenina en las calles, en un fin de semana que para los comerciantes era clave por las ventas del “Día de la Madre” y con el precedente de la edición 31° realizada en Rosario (Santa Fe) que culminó con represión policial, el escenario de la edición chaqueña se tornaba casi imposible de subrepresentar tanto para los medios de comunicación locales como para los de otras provincias.
A continuación, se avanza de manera individual sobre cada medio observando los modos en que las mujeres son mostradas. Asimismo, se atiende a las relaciones entre lo lingüístico y lo visual, ya que el mensaje verbal tiene la capacidad de anclar los sentidos múltiples que pueden disparar las fotografías por su calidad polifónica (Barthes, 1986). Ello permite reflexionar sobre los regímenes de representación que se hallan contenidos en las fotografías y en los acontecimientos según lo dicho y lo mostrado, como así también observar si en la configuración de los repertorios visuales se da una ósmosis que genera discontinuidades en el repertorio hegemónico o si bien se tratan de episodios de espectacularización mediática.
Este medio pertenece a la Editorial Chaco SA. En su portal digital presenta las secciones típicas de un diario –locales, interior, nacionales, deportes, policiales, mundo, salud, economía, política, voces de la ciudad, información general, opinión, cultura y espectáculos, ciencia y tecnología, símil de tapa de la edición del impresa– e incorpora desde 2017 una sección denominada medio ambiente.
Entre los medios seleccionados es el de mayor caudal informativo, lo que puede apreciarse en la cantidad de páginas que arroja como resultado de las búsquedas vinculadas al 32° ENM. Esto se debe a la envergadura y desarrollo técnico que viene implementando en materia digital, lo que no sólo amplía la variedad discursiva que puede ofrecer al momento de la construcción del acontecimiento (habilitar galerías fotográficas, añadir más de una fotografía por noticia, introducir videos cortos dentro del tratamiento noticioso), sino que amplía las posibilidades de lectura y por lo tanto el alcance informativo que se alimenta a su vez por su presencia en las redes sociales mediante los videos de “Norte Play” que, además, tiene un lugar en la barra de menú del portal www.diarionorte.com.
En términos comparativos, en lo que concierne a la visibilidad del acontecimiento, a simple vista se puede decir que Norte propició mayor espacio con 20 publicaciones y 173 fotografías. Los géneros periodísticos en los que se puso en circulación ese volumen de imágenes fueron: las noticias (13), los fotorreportajes (3) y las crónicas (4). Los mismos se estructuran, de arriba hacia abajo, con la denominación de la sección que, a su vez, es un hipervínculo, un cintillo (o no), la fecha, el título, la bajada, un copete, una fotografía o un carrete fotográfico (varias que se divisan de izquierda a derecha o viceversa), la ampliación (aunque la publicación puede finalizar con el carrete) y etiquetas o palabras clave de la nota que vinculan a otras publicaciones según la evolución futura de los acontecimientos, la proximidad o los involucrados.
En general, tanto en las noticias como en las crónicas, las fotos aparecen en función testimonial11 (Baeza, 2001) al mostrar el qué, quién, cuándo, cómo o dónde y satisfacen la inmediatez informativa. Es así que dichas tomas aluden explícitamente a aquello que se narra y ese correlato, facilitado por la testimonialidad, entre los mensajes lingüísticos e icónicos evita que proliferen potenciales sentidos de las fotografías (Barthes, 1986). Del mismo modo, la foto aparece en otra función, también anclada por el texto, que es la que se da en las tres oportunidades en que el cuadro fotográfico identifica a la fuente (Verón, 1997). Dicho anclaje puede darse por el cuerpo noticioso o por el epígrafe.
En cuanto a los fotorreportajes, donde predomina la narración visual más allá de algunos momentos en que las tomas parecen no seguir una secuenciación temporal, se advierte que las imágenes continúan el sentido delimitado por los mensajes lingüísticos (título, bajada, un epígrafe) sumado a que, además, se da el caso de cuadros repetidos (en distintas publicaciones) que actúan, por su función testimonial, como un bloque informativo, al igual que un párrafo en una crónica y que luego se replica en una noticia.
Las fotografías que Norte pone en circulación corresponden en su mayoría a su propia mirada. El elemento distintivo de esto es el nombre del diario como marca de agua en el centro del cuadro. No obstante, el medio incorpora otras miradas como ser la de Ileana Saavedra, fotógrafa chaqueña, a la que el diario le adjudica la autoría de 12 tomas y la mirada de CiberPeriodismo12 del que Norte toma dos imágenes.
Por otro lado, teniendo en cuenta a las y los protagonistas (personas) de las fotografías, los planos empleados durante el tratamiento del ENM son: gran plano general (tomas aéreas donde se muestra a la ciudad antes que a personas) y plano general que al tomar grupos de personas connotan la magnitud del acontecimiento como un rasgo noticiable. Luego, planos más cortos como los de cuerpo entero, americanos, medios y primeros planos, los que se concentran en mostrar las acciones llevadas a cabo por las y los participantes. También recurre a planos detalles, pero no de rostros, por ejemplo de la Catedral, del pie de un reloj de la plaza central y de una herida en una pierna.
A simple vista se puede notar la presencia de dos representaciones. Por un lado, la que hace a la ciudad donde entran las tomas aéreas publicadas13 y un plano general de la plaza vacía con cestos de basura y cierto desorden quizá por un criterio de noticiabilidad, que lo torna lógico al tratarse de un medio local, la proximidad de los sucesos. Y, por el otro, la que tiene a las mujeres como foco.
Entre las primeras se encuentran las construcciones vinculadas al ataque contra la Catedral de Resistencia, hecho al que le dedica dos publicaciones. Aunque el medio, a nivel lingüístico, mediante el empleo de la deixis personal separa a las que ejercieron violencia del resto de las participantes, el mensaje verbal exiguo, pero suficiente ancla el sentido de todas las fotografías con términos como: “blanco de disturbios; grupo atacó y vandalizada”. Este último término resuena aún más por los planos detalle que borran casi todos los elementos contextuales dando lugar a fragmentos visuales (Figura 1) que, más allá de su función testimonial, se encuentran connotados por efecto de la secuenciación y cantidad de cuadros, que los vuelven gestos insistentes de daño.
En este grupo de imágenes también se pueden considerar a los grafitis, ya que involucran una apropiación del espacio de la ciudad (Caggiano, 2012) a través de la inscripción de consignas. En ese sentido, Norte muestra cinco, de ellos sólo uno no pasa desapercibido (Figura 2); no obstante, por el ángulo de la composición que dibuja un punto de fuga al fondo del cuadro, la marcación lingüística que denota la presencia lésbica en el ENM pierde potencia, porque la mirada se va, recorre el trazo de la perspectiva. Entonces muestra, pero hace otra cosa también. Esto se pondrá en contraste más adelante cuando se trabaje la Figura 8, otra fotografía de grafiti con la misma leyenda, cuyo ángulo de toma es diferente y por lo tanto el efecto de la lectura denotada y connotada también difiere.
Entre las segundas representaciones están las que muestran a las mujeres tanto en grupo realizando distintas acciones (marchando, cantando, vitoreando, festejando, riendo) como de manera individual con planos más cortos. En este punto es importante resaltar que en sólo siete tomas puede apreciarse que las mujeres están mirando a la lente y en sólo dos hay una pose explícita. Este aspecto también se retomará más adelante en contraste con el repertorio alternativo.
Las fotografías que circularon en esta cobertura son en su mayoría sobre mujeres, las muestra según los atributos que ellas mismas escogen al poner en escena sus cuerpos en el espacio público urbano, con el torso desnudo14, exhibiendo pezones pintados con colores y purpurina, pañuelos de la campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en sus cuellos, pancartas con distintas consignas, etc. Sin embargo, estas imágenes aparecen como fotonoticias y no se percibe ninguna negociación con ellas, se las captura de lejos, en grupo o se aísla a una o dos mediante el recorte del plano. En un solo cuadro aparece un gesto que denota responder a la interpelación de la fotógrafa, se trata de un plano medio, en ángulo horizontal, donde dos mujeres se muestran en clara actitud activa mirando a la cámara, sonrientes, con el torso desnudo exhibiendo sus senos e inscripciones violetas y verdes en la piel, pañuelos verdes en sus cuellos, el puño en alza (aunque se corta el cuadro); una de ellas está de frente, la otra gira medio cuerpo para ver a la lente que la interpela. Al fondo se aprecian otras mujeres, alguna mirando a cámara, cansada, apoyada en su cintura aguardando el movimiento. Esta foto connota cooperación con la realizadora, connota participación en la captura.
El uso de la fotografía en Norte, en este contexto, tiene un efecto espectacular donde pesa más la cantidad que la calidad de las tomas. El factor calidad, en referencia a la composición de estas fotografías, aunque se trate de tomas testimoniales, es decir que sólo buscan denotar el hecho, invita a sostener esta afirmación ya que se advierten tomas desprolijas, que serían fácilmente descartadas en cualquier selección y sin embargo se incorporan en el tratamiento informativo.
Un ejemplo es un cuadro fotográfico gentileza de CiberPeriodismo que consta de un plano largo aberrante (Figura 3), donde el actor de la imagen está cercenado, no importa que ese varón no se vea bien (lo que sería en realidad muy útil ya que atacó a las mujeres públicamente), lo importante es mostrar el hecho violento.
Está claro que no podría asignársele menor visibilidad a tantas identidades femeninas; no obstante, Norte ni circunscribe a las mujeres a una esfera de acción (pública o privada) ni les da tratamiento como artífices del acontecimiento. Se comporta, más bien, de acuerdo con la clasificación de Atorresi (1996), como un medio tradicional donde las personas comunes son consideradas en la medida en que participen de situaciones anómalas tales como: los ademanes violentos, el morbo de la desnudez y la menstruación, los daños y la “colorida” o “especial atracción en la variedad de expresiones”15 de una marcha de feminidades en el espacio público urbano.
Este periódico16 presenta las secciones típicas de un medio informativo bajo denominaciones como: La provincia, La ciudad, Derechos humanos, Información general, La sociedad, El interior, Deportes, El país, La economía social, Videos, Policiales, El mundo, Opinión y Tecnología. Entre las fechas 14 y 16 de octubre realizó 11 publicaciones entre noticias y crónicas muy breves, con una fotografía cada una. Se tratan de fotonoticias, es decir que su función principal está orientada a informar y por lo tanto operan de manera testimonial (Baeza, 2001) con planos generales y medios, y de identificación de la fuente (Verón, 1997) con primeros planos.
Más allá del volumen informativo producido, este diario se diferencia de su competidor chaqueño a nivel del discurso textual, ya que desde los títulos que emplea se configura como un espacio de visibilidad para la heterogeneidad participativa del 32° ENM. Parece, de este modo, dedicar un tratamiento a cada grupo o tópico que atraviesa al evento. Pueden leerse así textos referidos a los femicidios y desapariciones, a los travesticidios, a la marcha trans, a las mujeres indígenas, a las socorristas en red, a las mujeres trabajadoras sexuales, a la visibilidad lésbica, al aborto legal, a la manada, a los resistencianos violentos y a la realización misma del encuentro.
Enmarcadas en la textualidad de esos tópicos, se puede considerar que, en general, todas las fotografías denotan la testimonialidad, es decir, muestran lo que el texto informa (Figura 4) y por lo tanto la imagen acompaña el sentido establecido desde el título, puesto que la distribución de los elementos que hacen al discurso mediático se disponen, de arriba hacia abajo, de un cintillo que señala la sección y que además funciona como hipervínculo: el título, la fecha, la imagen y la ampliación.
En la imagen propuesta se observa cómo refuerza al texto, al ser una fotonoticia tiene un carácter denotativo claro, muestra eso que dice. Sin embargo, permite que el material lingüístico la impregne y su presencia visible adquiera cierto valor simbólico. El plano medio de la toma se centra en la captura del cartel “¿Dónde está Maira Benítez?”, más que en la oradora, a la que no se la ve ni distingue. El cartel está en una posición y momento muy específico del desarrollo del acontecimiento, es el escenario de inauguración y es la apertura del evento. La elección gráfica del medio connota su compromiso ante los casos de desaparición, sobre todo porque se trataba de una joven chaqueña17.
Las representaciones que se observan en este periódico están vinculadas a las mujeres e identidades femeninas, orientadas a los aspectos positivos que supone una reunión de esta envergadura. En su cobertura no hace referencia a los disturbios originados por un grupo de ellas frente a la Catedral ni tampoco a los enfrentamientos que algunas tuvieron con los comerciantes del centro de la ciudad como hace Norte.
No obstante, sí trata la violencia perpetrada contra las participantes por vecinos resistencianos autoconvocados que las atacaron con palos y baldosas, hiriendo a algunas y ahuyentando a muchas otras. En este punto, debido a la calidad de la imagen (Figura 5), facilitada aquí adrede, se infiere cierta espectacularidad por parte de este medio porque la falta de nitidez del cuadro no permite la identificación de los agresores, sino que funciona sólo como fotonoticia mostrando qué pasó como si el material textual por sí sólo fuera insuficiente, por lo que se requiere agregar una imagen aunque más no sea captura de un video18 poco nítida.
Por otro lado, de las 11 tomas publicadas, una sola es una fotopose (Figura 6). Es un cuadro que muestra claramente su mirada alternativa, ya que le da visibilidad y un espacio enunciativo al colectivo trans que participó del evento y que posa para dejar la huella visual de haber estado allí, organizadas y en plenario lejos de una representación estigmatizante. Esto no ocurre en Norte, que si bien cuenta con dos fotoposes, las mismas muestran feminidades que pueden ser fácilmente vistas como mujeres cis.
Se trata de una revista de origen autogestionado que funda toda su actividad periodística en la comunicación transversal, la perspectiva de género y los derechos humanos. Se encarga del tratamiento de temas de actualidad política, social y económica, y en la misma medida se aboca a los vinculados a la cultura y al arte. Se sostiene mediante la suscripción que consiste en una cuota mensual o un abono único. LPP no es una empresa de comunicación19.
Actualmente, las publicaciones tienen una periodicidad variable, ya que debido a su carácter autogestivo, alternativo e independiente y sin fines de lucro, luego de cinco años de producción informativa, en octubre de 2019 se vio obligada a pausar su labor al no poder sostener la competencia con las empresas mediáticas (y hegemónicas) en el contexto de la crisis económica que sobrecargó al equipo de periodistas.
El portal laprimerapiedra.com.ar agrupa los contenidos de producción informativa y producción artística en secciones como: home, letras, en profundidad, series, cine y podcast. Esta última sección se enlaza al sitio Spotify.com, donde está la lista de reproducción de dichos productos.
Ahora bien, en relación con la cobertura del 32° ENM, este medio puso en circulación 37 fotografías en sólo tres publicaciones fechadas el 16 de octubre. Se trata de un fotorreportaje, una serie de retratos fotoperiodísticos y una noticia que organizan su discurso, de arriba hacia abajo, componiendo una imagen que lleva inscripta, en su superficie, el título, quiénes son los/las responsables de la enunciación (redactor/a y/o fotógrafo/a) y la fecha (Figura 7). La distribución continúa ya por fuera de la imagen/título con una bajada (o no) y la ampliación, la que puede ser textual si desarrolla una noticia convencional o puede ser visual donde las tomas se suceden unas debajo de otras.
En este tratamiento también se aprecia un despliegue visual importante si se compara esta materialidad con la cantidad de texto, como ocurre en el caso de Norte. No obstante, a diferencia del medio chaqueño, en el fotorreportaje que ofrece la revista se puede observar la calidad de la producción de los cuadros. Esto permite que las fotos sean de un tamaño apropiado para la puesta en página, razón por la que no aparecen imágenes pixeladas ni borrosas.
La mirada de LPP se enfoca sólo en los aspectos positivos del ENM, es decir, la reunión, la manifestación en el espacio público urbano mostrando a las mujeres en grupo o separadas de la multitud mediante planos cortos, realizando acciones y les permite participar del momento de la captura fotográfica mediante la pose para los retratos fotoperiodísticos. Asimismo, muestra fragmentos del paisaje urbano, pero ya intervenidos o apropiados por las manifestantes mediante la inscripción de grafitis (Figura 8).
Esta fotografía se puede contrastar con la publicada por Norte que contiene la misma leyenda, pero con un ángulo de toma diferente. Aquí, el ángulo horizontal y el punto de vista frontal busca visibilizar. Mientras que en Norte se disparan dos posibles lecturas: 1) el diario no quiere ofender a su lector modelo y utiliza ese cuadro para no dejar de mostrar una parte del hecho; o 2) busca generar un discurso visual afectado, en el sentido explicado por Deleuze (1993), de indignación al mostrar a sus lectores una inscripción que sabe puede resultarles oprobiosa.
Más allá de esta leyenda específica, el modo de mostrar los grafitis en el contexto del ENM tiene un valor connotativo en un medio y otro. En LPP contribuye a la construcción de representatividad de las mujeres en el espacio público urbano apropiándose de él y usándolo, afirma su presencia incluso cuando se hayan ido de la ciudad, forman parte de las “luchas por el control del espacio” (García Canclini, 1992; Caggiano, 2012, p. 157).
Por otro lado, una de las características que diferencia a este medio es la presencia del retrato fotoperiodístico (Figura 9). La reportera gráfica de la revista, Nadia Díaz, elabora una serie en la que puede notarse de manera individual a algunas mujeres participantes. Esa actitud activa de las fotografiadas respecto a la cámara y a la fotógrafa implica una relación dialógica en el proceso de captura por lo que, más allá de las búsquedas de la autora de la imagen, las personas a fotografiar tienen un margen para decidir el modo de darse a ver ejerciéndose así como sujetxs de enunciación al interpelar directamente la mirada lectora.
Es un medio20 en cuyo portal latfem.org la información se distribuye en distintos menús que ofician de secciones. El primero es Notas y allí se desarrollan las temáticas típicas de la gráfica –sociedad, economía, política, cultura, deportes–, aunque se incorporan tópicos de la coyuntura actual dando origen a las subsecciones: Violencias y Activismos. Otras secciones son: Investigaciones, Multimedia, Redacción abierta, Latfemlab y Productos. Este último consta de materiales gratuitos y pagos como ser: libros, glosarios y podcasts.
El aspecto diferenciador de este medio es que cuenta con un laboratorio de periodismo feminista de carácter gratuito y virtual que consiste en talleres con materiales de lectura y actividades sobre comunicación feminista, herramientas comunicativas para el activismo de las juventudes y sobre ecofeminismo. Esto refleja el ejercicio pedagógico implicado en una u otra forma de mostrar.
Durante el ENM, LatFem puso en circulación diez fotografías en cuatro notas. El discurso informativo se organiza de arriba hacia abajo, disponiendo hipervínculos que funcionan como cintillos, el título, la bajada, una imagen, la fecha, quienes son los/las responsables de la enunciación (redactor/a y/o fotógrafo/a) y la ampliación que puede combinar texto e imágenes.
A diferencia de LPP, es el texto el que cobra mayor importancia por la extensión. Este se encuentra acompañado de fotonoticias por el criterio de actualidad que contienen, el que se advierte por la relación de anclaje entre texto e imagen. Aunque son pocas las imágenes, muestran variedad y detalle mediante planos grandes y cortos que posan la mirada en inscripciones de carteles y cuerpos (Figura 10), acciones y participantes.
Este cuadro se puede poner en contraste con Norte, ya que se puede observar al fondo una joven con el torso desnudo; sin embargo, aquí el foco está en la inscripción. LatFem, salvo por esta imagen, no puso en circulación fotos donde las manifestantes se ven semidesnudas.
Por otro lado, al igual que LPP, este medio no alude a las expresiones violentas suscitadas durante el ENM, sólo a la participación y emplea fotografías donde pueden verse a las representantes de los pueblos indígenas en el escenario de apertura, como así también la presencia del Impenetrable chaqueño (Figura 11). Lo que se resalta de este medio, tal como ocurre con EL Diario de La Región, es que el número reducido de fotografías que pone en circulación revelan una mirada que busca reponer visibilidad a aquellas visualidades que en eventos de magnitud suelen pasar desapercibidas.
Este contraste entre las producciones visuales de los medios seleccionados, si bien dista de ser pormenorizado ya que la investigación general se encuentra en proceso, permite advertir las posibilidades representacionales que ofrece un repertorio configurado desde la mirada hegemónica y uno que surge de un ejercicio periodístico y fotoperiodístico contrahegemónico.
A simple vista, en un primerísimo primer momento, el contenido visual puede aparecer como recurso que refuerza la palabra escrita, que ofrece posibilidades de descripción y dan cuenta del hecho de manera más directa. No obstante, hay sutilezas en las miradas que realizan y seleccionan las imágenes que llegan a la puesta en página. Y no es lo mismo tener un diseño generoso en cuanto a su capacidad para soportar múltiples fotografías que poseer un diseño más modesto que fuerza la elección de una sola imagen.
Surgen de esta lectura que la ocupación masiva del espacio público de la ciudad por parte de las mujeres pone de relieve distintos aspectos que valen enumerar. En primer lugar está la construcción mediática de su visualidad mediante la mostración de atributos que le son propios a sus modos de manifestación en la calle (mostrarse con el torso desnudo, con inscripciones en los cuerpos, pintadas, sus grafitis, etc.), donde sobresale la cuestión de la semidesnudez. Esto, además, sugiere otro aspecto, el de la espectacularización. Y, por último, está la cuestión del territorio como espacialidad significativa y habitable reflejado en las representaciones de la ciudad.
Entonces, según los modos en que las mujeres y las identidades femeninas son mostradas en el tratamiento informativo del 32° ENM, se puede observar que en el caso de Norte se reproducen, mayoritariamente, fotografías del repertorio hegemónico. Por un lado, muestra mujeres semidesnudas que claro se puede interpretar responde a la coyuntura ya que se trata de un modo de protesta específico de estas; sin embargo, al contrastar con los otros medios, se advierte que no recurren a esas imágenes (esto se retoma más adelante).
Por otro lado, hace hincapié en el vandalismo y la violencia de la que son capaces las mujeres del encuentro, lo que deja traslucir la asociación a la figura de la feminazi. Este aspecto se vincula a la cuestión del territorio y aparece con la representación de la ciudad, del espacio urbano, cuando desarrolla la noticia de la marcha central del ENM. Elabora dos notas respecto de la marcha y una de ellas pone el foco en la ciudad mediante distintas tomas aéreas que capturan el espacio físico, las calles, sus parterres, el Parque de la Democracia.
Esto resulta de interés al pensar en términos de visibilidad y representación social. Se puede decir que, siguiendo algunas representaciones visuales halladas en el discurso periodístico de Norte, las alusiones a la ciudad aparecen en virtud de la referencialidad que aportan sus espacios físicos para la construcción de pertenencia de los resistencianos, que son sus lectores. A través de ello, abona un sentido de ciudad que sostiene una función ordenadora, ya que mediante la puesta en imagen de los vestigios “dañinos” que dejan las manifestaciones masivas de las mujeres en la calle –por ejemplo, con la cobertura del “ataque” a la Catedral– trata de recuperarla como el lugar en el que habitan la identidad, las costumbres y las normas que regulan la vida y la experiencia social de los habitantes.
Del mismo modo ocurre con la presencia de fotos de grafitis, las que aparecen para denotar daño a la ciudad y no como una proclama de apropiación del espacio público por parte de las mujeres. Así, muestra las pintadas que considera oprobiosas como “concha con concha” y nunca las pintadas del tipo “no hay feminismo sin antiespecismo, liberación total” que recupera LPP en su fotorreportaje. Sus fotografías apuntan a sus lectores, para escandalizarlos con recortes bruscos y desprolijos para resaltar insistentemente las manchas que el diario quiere resaltar.
Por su parte, El Diario de La Región si bien presenta fotografías de calidad visual más baja que las de su competidor chaqueño, dado que en algunos casos están borrosas, colabora con la configuración de repertorios alternativos al dar a ver mujeres e identidades femeninas otras que discuten problemáticas estigmatizadas socialmente como el aborto o el trabajo sexual.
En este sentido, se puede tomar de ejemplo el primer plano de Georgina Orellano, activista de AMMAR, aunque se trata de una fotonoticia, se la ve e identifica fácilmente, aparte el texto la nombra. Otro caso es la foto pose del Bachillerato Trans en la que se acomodan para salir de frente ante la cámara, con sus banderas como atributo de marcación política y la nota, aunque breve, habla del movimiento y sus luchas. En ambos casos, la información y la aparición de ellas no está en clave criminalizante.
En cuanto a lo visto en LPP y LatFem, los espacios físicos de la ciudad, sus paredes, sus garitas de colectivos no son trascendentes en sí mismos, funcionan más bien como puntos referenciales, geolocalizables. Las mujeres invadiendo las calles y las plazas con sus cuerpos son la espacialidad significativa, con una carga política vinculada a la visibilidad que proporciona estar de cuerpo presente en ese lugar. En el relato periodístico aparece el reflejo de una disputa por el espacio público de la ciudad, que es física porque tiene que ver con poder habitarla sin riesgos, y también es simbólica y política porque tiene que ver con poder ejercer dominio –apropiarse– más que con pertenecer en sentido identitario propio de la modernidad.
Por último, en términos generales, en cuanto a las imágenes que ofrece cada repertorio, en un primer momento se puede pensar que se da un punto de inflexión en el repertorio visual hegemónico sostenido por el diario Norte porque este parece dar a ver otra visualidad de las mujeres recuperando el modo de mostrarse que ellas eligen mediante alguna intervención en sus cuerpos. Este es el caso de las fotografías de mujeres con el torso desnudo que parecería tensionar al repertorio alternativo porque no muestra este modo emblemático, por su peso político, de manifestación.
No obstante, aquí entran en juego todos los aspectos involucrados en el discurso mediático, desde la posición de los/las enunciadores/as pasando por el enunciado periodístico mismo con todos sus elementos constitutivos hasta llegar a los/las lectores/as. En el nivel del discurso periodístico de un hecho con evolución futura (porque se desarrolla en un periodo de tiempo) donde confluye texto e imagen, en distintas entregas, se da una complementariedad o relevo que permite encontrar el mensaje connotado en el texto que no dice todo y en la foto que no muestra todo.
En ese marco, se puede comprender que, para el caso de Norte, mostrar mujeres en senos no implica una carga política en la construcción de una visualidad diferente, sino que la puesta en circulación de esas imágenes se debe a una operación de espectacularización del evento ya que aparecen en notas que narran situaciones de vandalismo y violencia. Y, cuando aparece en un fotorreportaje que puede recuperar los aspectos políticos del ENM, el título empleado las diluye en la excentricidad “colorida” y en la “especial atracción en la variedad de las expresiones” (Norte, 15 de octubre de 2017).
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Recibido 17 de octubre de 2023. Aceptado 02 de enero de 2024.
Un avance parcial de este trabajo fue presentado durante las XV Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres en mayo de 2023.↩︎
Licenciada y Profesora Universitaria en Comunicación Social y Técnica en Periodismo (UNNE). Becaria doctoral con asiento en el IIGHI CONICET/UNNE. Contacto: adru.mambrin@gmail.com. ORCID https://orcid.org/0000-0001-9188-9949.↩︎
Cabe aclarar que el relevamiento de las ediciones impresas junto a las digitales corresponde a la construcción del corpus del proyecto que da origen a este artículo, pero en este desarrollo puntual se avanza sólo sobre los soportes digitales por razones de extensión.↩︎
Este planteo parte de un proyecto de investigación doctoral denominado La construcción de un discurso de género a partir de repertorios fotográficos hegemónicos y alternativos de colectivos feministas en el espacio público de Resistencia. Producción, circulación y performatividad. El mismo se enmarca en una beca doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y en el Doctorado en Letras de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste.↩︎
En 2015, luego del femicidio de Chiara Páez, una joven de 14 años con dos meses de embarazo, se levantó #NiUnaMenos como una consigna que rápidamente se extendió por toda la Argentina. Con el transcurso de los meses, la consigna se transformó en movimiento y en campaña colectiva para protestar contra la violencia hacia las mujeres, principalmente contra el femicidio.↩︎
La complejidad de las representaciones sociales se debe a su eficacia en la codificación de información que evoca a un sistema de valores culturales e históricos. Por ello, son capaces de articular palabras, haceres y cosas que aseguran la reproducción de las prácticas sociales y la constitución de las identidades (Cebrelli y Arancibia, 2005).↩︎
Es una reunión de alcance global que se realiza en el ámbito del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas donde participan representantes oficiales de todos los Estados, con el objeto de garantizar el avance de la reivindicación de los derechos de las mujeres mediante el acuerdo de políticas públicas tendientes a eliminar los obstáculos en esta materia. Se concretaron cuatro conferencias, cada una con las especificidades coyunturales del momento: México, 1975; Copenhague, 1980; Nairobi, 1985 y Beijing, 1995. En esta última, por votación unánime de los 189 Estados miembro, se declararon las 12 áreas críticas que impiden la igualdad de género y que hoy se conoce como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing mediante la cual los Estados se comprometen a garantizar la perspectiva de género en todas sus políticas.↩︎
Chaco fue sede por primera vez en 1998, entre el 10 y 12 de octubre, en esa oportunidad trabajaron en la Comisión Organizadora 63 mujeres, se congregaron alrededor de 10 mil participantes de todo el país, quienes debatieron en 63 talleres. En la edición de 2017, el encuentro fue declarado de interés provincial por el Poder Ejecutivo del Chaco, mediante el decreto N°520/17, con el fin de cooperar disponiendo de personal que articule distintas acciones entre los ministerios, secretarías y entes autárquicos según los requerimientos de la CO.↩︎
La autora analiza el rol del cuerpo de las mujeres por su afinidad arcaica con la dimensión de territorio, por lo que el poder patriarcal dispone tanto de ellos como de su ambiente espacial inmediato configurándolos en un campo de batalla y en “el bastidor” donde “exhibe las señas de su anexión” (Segato, 2016, p. 67).↩︎
Es el periódico de mayor presencia en el Chaco. Se fundó el 1º de julio de 1968 en Resistencia y actualmente pertenece a Raúl R. Romero Feris, ex gobernador de Corrientes. Posee, desde 2012, un asiento de producción informativa en la capital de correntina que lleva el mismo nombre, pero se ocupa del tratamiento noticioso de esa provincia.↩︎
Aquí, la testimonialidad de la imagen refiere a su cualidad de mostrar la actualidad de un suceso, responde a la inmediatez informativa, por lo tanto aluden explícitamente a aquello sobre lo que se anoticia, es decir, hay un correlato entre lo que se dice y lo que se muestra (Baeza, 2001).↩︎
Medio informativo local de soporte digital, creado y dirigido por el periodista chaqueño José Viñuela.↩︎
Son cinco tomas aéreas en total.↩︎
Se observan 26 imágenes de este tipo (de 173).↩︎
El encomillado es retomado de Norte, ya que ese es el modo en que se refiere a la marcha oficial del ENM realizada el 15 de octubre de 2017 y que unió el campus de la Universidad Nacional del Nordeste de Resistencia y el Parque de la Democracia.↩︎
Fue recuperado por sus trabajadores el 22 de octubre de 2002 al conformar La Prensa, Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda. Rige su actividad por la ética de la economía social, la redistribución de los ingresos, la democratización de la conducción y la equidad.↩︎
En diario Norte sólo aparecen tres cuadros donde puede verse un cartel que reclama por la aparición de Maira Benítez.↩︎
El video en cuestión es el tomado por CiberPeriodismo, misma fuente que utilizó Norte para cubrir este mismo hecho.↩︎
Inició su actividad en 2014, impulsado por un grupo de estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires. De perfil crítico se propone como una voz independiente. Si bien es de acceso libre, interpela a sus lectores para el sostenimiento de su labor mediante suscripciones de abono mensual, único o microdonaciones del tipo “invitación de café”. Desde octubre de 2019 mermó su capacidad productiva debido a la crisis económica.↩︎
Comenzó su actividad el 8 de marzo de 2017. Se reconoce parte integrante del movimiento #NiUnaMenos y partícipe de las nuevas narrativas digitales feministas. Su modo de “intervenir en la realidad se teje en un ensamble de uso de tecnologías, redes sociales y cuerpos en las calles”. Se enfoca en Latinoamérica y el Caribe, por lo que trabaja en red con corresponsales y especialistas del territorio latinoamericano. Su sostenimiento principal es mediante las suscripciones de sus lectores.↩︎