Toda sociedad debe ser comprendida como sistema ordenado de significaciones y símbolos por medio de los cuales actúan los individuos que la componen. En ese sentido la apropiación de una clase determinada de objetos y su posterior transmisión a la descendencia, da cuenta de un estilo de vida distintivo sobre el que se proyectan significaciones simbólicas. Por tanto en la selección de los objetos adquiridos y, por consiguiente, en los que se desdeñan, se observan características asociadas, no sólo a las posibilidades económicas sino también a los gustos, que contribuyen a identificar a un sector y diferenciarlo de otro.