L os derechos humanos se difundirán después de la Segunda Guerra mundial frente al fenómeno de la aniquilación en masa, del genocidio, del poder político omnipotente y de la consideración de la pobreza como indignidad de millones de hombres. Ya no se llaman «derechos naturales» en razón de aquellos lazos, que se sospecharon estrechos, de esta doctrina con los sistemas políticos liberales. Se quiere crear una percepción más globalizante que pueda ser recibida por todas las sociedades, cualesquiera sean sus sistemas políticos y sociales. Dentro de esta categoría de ios derechos de humanidad se amplían considerablemente los límites a los cuales pareció ceñirse la doctrina de los derechos naturales que, en su versión más difundida, se hallaba adscripta a una concepción nominalista, individualista, racionalista y eminentemente fundada en las afirmaciones de la vida, la seguridad y la propiedad del individuo.