Artículos basados en investigación empírica
Segregación y desigualdad socioeducativa en educación escolar. Reflexiones de postpandemia desde el sistema educativo colombiano
Segregation and socio-educational inequality in schools. Post-pandemic reflections from the colombian educational system
Revista del Instituto de Investigaciones en Educación
Universidad Nacional del Nordeste, Argentina
ISSN-e: 1853-1393
Periodicidad: Semestral
vol. 16, núm. 23, e162307, 2025
Recepción: 19 septiembre 2024
Aprobación: 02 mayo 2025
Resumen: El presente estudio tiene como objetivo principal analizar la segregación y la desigualdad socioeducativa en el sistema educativo colombiano en los niveles básico, medio y universitario. La metodología es de enfoque cualitativo; se apoya en el análisis bibliográfico-documental con orientación de elementos analíticos e interpretativos. Los resultados arrojaron que, en Colombia la magnitud tanto de la segregación escolar como de la desigualdad socioeducativa es exponencial. En efecto, la desigualdad socioeducativa es producto de las relaciones de poder estratificado. En anexión, en el ámbito socioeducativo colombiano se delinea una cuestión socioestructural que afecta tanto el acceso como la calidad socioeducativa en ciertos grupos poblacionales. Se concluye que es menester replantear y resignificar el sistema educativo colombiano para disminuir la brecha de inequidad, el analfabetismo, la segregación y la desigualdad socioeducativa. Por consiguiente, el campo educativo colombiano requiere ser resignificado y reorientado hacia la participación sociodemocrática, la diversidad, la inclusión y la institucionalización, entre otras circunstancias.
Palabras clave: desigualdad social, inclusión social, pobreza, segregación escolar.
Abstract: This article aims to analyze segregation and socio-educational inequality in the elementary, secondary, and university levels of the Colombian educational system. The methodology used consists in a qualitative approach founded on the analysis and interpretation bibliographic-documentary sample. The results showed that, in Colombia, the magnitude of both school segregation and socio-educational inequality is exponential. Indeed, socio-educational inequality is a consequence of stratified power relations. In addition, socio-structural issues affecting not only access to education but also socio-educational quality have been traced in certain groups of the population. The research concludes that it is necessary to rethink and redefine the Colombian educational system to reduce the gap of inequity, illiteracy, segregation and socio-educational inequality. Thus, the Colombian educational field needs to be re-signified and re-oriented towards socio-democratic participation, diversity, inclusion, and institutionalization, among other conditions.
Keywords: social inequality, social inclusion, poverty, school segregation.
Introducción
Desde el período sociohistórico de la Ilustración se ostenta la percepción de la educación como un mecanismo para la transformación del ser humano. Por tanto, el proceso de enseñanza-aprendizaje juega un rol catalizador en el desarrollo de habilidades sociales e inteligencia cognitiva. Asimismo, coexistía la propensión de que la educación viabilizaba a la formación de un ciudadano moderno e industrial desde la enseñanza de las necesidades socioculturales (disciplina, obediencia, cálculo, pensamiento racional, hábitos culturales, entre otras). A la par, la nueva concepción sociopolítica y jurídica del Estado-nación fue construyendo sistemas socioeducativos que reproducían la estructura sociocultural e ideológica del Estado. Es así como en el trasfondo del modernismo, la educación exhibió funciones socioculturales, económicas, emancipadoras, críticas, axiológicas y epistémicas que permitían perfilar el ciudadano moderno en función a la ideología cultural dominante.
Lo anterior emana que, la historia denota el rol transformador de la educación, puesto que el aula es un microespacio de formación ciudadana y democrática, además de aprendizaje de valores, costumbres y hábitos del capital cultural. Con la educación se puede incentivar bienes socioculturales, pero, en conjunto, desterrar el flagelo que eclipsa los procesos sociopedagógicos, a saber: la segregación y la desigualdad socioeducativa.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2020) en la actualidad, la región latinoamericana pasa por una compleja atmósfera de perplejidad que agudiza las consecuencias de una extensa crisis socioeducativa, con un impacto tácito y devastador en los sistemas socioeducativos. Si bien desde 2015 se evidenciaba un detrimento en los niveles de bienestar social, una detención en los avances de los objetivos socioeducativos y un tenue incremento de la pobreza, la segregación y la desigualdad socioeducativa; la pandemia de COVID-19 exacerbó súbitamente la cuestión.
Luego de los efectos catastróficos de la pandemia que mostró a gran escala los problemas socioeconómicos incidentes en cada una de las naciones, la región latinoamericana no ha logrado avanzar hacia la recuperación socioeconómica-educativa, y retornar a los índices del año 2019 previos al surgimiento de la pandemia. Por ende, la región se ha mantenido expuesta a un volátil escenario geopolítico y económico mundial intensificado por una conjunción de constantes crisis sociopolíticas, en particular, por la guerra en Ucrania, la conflagración arancelaria y las crisis ambientales, entre otras cuestiones. Las estimaciones de la CEPAL revelan que, en 2022, la pobreza afectó al 45,4% de los individuos menores de 18 años de América Latina; 13,3 puntos porcentuales por arriba del promedio referente a la población general. En concreto, la pobreza extrema afectó al 18,5% de las personas menores de 18 años, que afrontaron un mayor riesgo de padecer inseguridad alimentaria al vivir en hogares que no pueden cobijar una canasta alimentaria básica y que no gozan de un alto profesionalismo de sus integrantes.
La historia denota que las crisis socioeducacionales pueden exteriorizar nuevos espacios para la recuperación y la transformación de los sistemas socioeducativos afín de propiciar un mayor desarrollo holístico del sujeto (formación integral y social) y de habilidades humanas (criticidad, creatividad, alteridad, otredad, entre otras), que puedan repercutir en las estrategias de desarrollo sostenible con igualdad y equidad social, en otro lenguaje, fomentar en el individuo alternativas sociopedagógicas que desarrollen Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con el fin de erradicar la pobreza y la desigualdad de género, y así poder promover un crecimiento económico sostenible, inclusivo, diverso, productivo y democrático. Por otro lado, maximizar el sistema educativo es para Latinoamérica y el Caribe, en especial Colombia, un proyecto trascendente para el futuro. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2022) durante las últimas décadas la cobertura y la institucionalidad operativa y legal ha mejorado, dado que combatir las tasas de deserción, repitencia, acceso a la educación en zonas rurales, posibilidades y oportunidades en educación superior, innovación y desarrollo digital, entre otros objetivos, ha sido un motor indispensable del sistema educativo.
Pero, lo alarmante es que según el monitorio de la OCDE todavía existen profundas inequidades de acceso y calidad por el nivel socioeconómico en la región. A su vez, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2022) estima que 168 millones de niños en el mundo llevaban más de un año sin asistir a sus colegios producto de la pandemia. De esa cifra, 138 millones están en Latinoamérica. De esos, entre 7 y 9 millones sólo en Colombia. Se estima que cerca de 3 millones de niños no regresarán a las aulas en Latinoamérica. Y en Colombia, más de 250 niños y jóvenes desertaron durante el 2020.
Conforme con los datos proporcionados por el Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2022), en Colombia se ha contemplado un alza en la deserción escolar durante los períodos comprendidos entre noviembre de 2022 a mayo de 2023. Durante este período, cerca de 473.786 estudiantes desertaron de los establecimientos educativos. En el 2021 y 2022, el número de deserción se emplazó cerca de 330.000 estudiantes. Asimismo, de los 2 millones de niños de colegios rurales, sólo 408 mil tuvieron acceso a Internet. El monitoreo de los anteriores entes ha concluido que, los estratos socioeconómicos altos han amortiguado mejor las carencias (disponen de más medios y las familias tienen un nivel educativo superior). Esto significa que en el mediano plazo los pobres tendrán mayor probabilidad de mantenerse en la pobreza.
Otras investigaciones convergen en considerar que la educación es infalible para el desarrollo de un país (Villareal & Zayas-Pérez, 2021). En contraste, cuando se despoja el acceso, permanencia o culminación del ciclo escolar y la calidad educativa superior, se está frenando la libre expansión de las libertades y posibilidades del individuo. Por ende, la educación requiere ser de calidad para minimizar los niveles de pobreza y desigualdad socioeducativa, en términos de capacidades humanas. Una educación de calidad enaltece la productividad, los ingresos y la posibilidad de suplir necesidades que el mundo plantea (Ramírez Zambrano & Manzano López , 2012; Márquez, 2016; Walker et al., 2021).
Dubet (2014) y Reygadas (2019) convergen en considerar que la educación básica, media y universitaria está en crisis producto de la pérdida de su función social, fragmentación e incapacidad para adaptarse a los nuevos cambios. Por tal razón, la educación actual requiere la búsqueda del sentido autónomo de la identidad, dado que los educandos no se definen en relación con la institucionalidad. Aún más, los sectores de origen socioeconómico bajo tienen menos oportunidades de acceder a la educación de calidad.
Lo neurálgico es la existencia de una agravada brecha educativa, en virtud de que mientras los estudiantes de familias élites, ricas y burguesas absorben y pregonan una educación de alta calidad, los estudiantes de contextos pobres reciben una educación de mínima calidad. Esto tiene connotaciones socioeducativas en el incremento exponencial de la segregación y la desigualdad social, en otro lenguaje, estos dos factores se acentúan porque los integrantes de familias de mayor ingreso reciben mejor educación.
Así, en Colombia el sistema educativo, al parecer, no siempre construye una movilidad social (Bourdieu, 2007) significativa, es decir, para el pensador francés, el macro concepto de movilidad social es un motor catalizador de la sociedad que permite el acceso, la calidad, la equidad, la flexibilidad, la conexión al mercado laboral, entre otros aspectos, y que contribuye a la reducción de la desigualdad, el fomento de la innovación y el crecimiento económico. No obstante, el sistema educativo colombiano, por el contrario, reproduce las clases sociales (Marx, 2008) y la estratificación social (Weber, 2007; Giddens & Sutton, 2022) que delinean la arquitectura de las relaciones de poder (dominio y sujeción) (Weber, 2007; Habermas, 1987; Foucault, 2022) debido a su sistema político-económico neoliberal que posibilita la mercantilización educativa, la privatización y desfinanciamiento, la evaluación y estandarización, entre otros aspectos.
Por otro lado, Otálvaro (2020) en su tesis doctoral esboza que las políticas sociales en América Latina, orientadas a la distribución de bienes y servicios en los que interactúan el Estado, el mercado, la educación y la sociedad, requieren de un examen riguroso. Se indica que, el sistema educativo-social colombiano necesita adelantar políticas de inclusión y cohesión social para sectores sociales que han sido segregados y afectados por el dinamismo sociopolítico, económico y cultural. Según el autor, es preciso robustecer los sistemas de información y conocimiento que visibilizan los conflictos urbanos y rurales de los ciudadanos pobres y excluidos de la sociedad. En suma, se necesita un sólido gobierno democrático fundamentado en el adecuado ejercicio del poder y la administración de recursos públicos para así reforzar la defensa de los derechos.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2024), los altos niveles de desigualdad socioeducativa en Colombia son injustos e inaceptables debido a la falta de movilidad social y la disparidad de oportunidades. Sólo el 40% de la población colombiana tiene ingresos altos y medios, mientras que el 60% es vulnerable a la pobreza. La mejor política social apunta a mejorar las habilidades básicas y avanzadas (educación, salud) y la digitalización (digitalización, educación financiera) para maximizar el potencial, aumentar la productividad y reducir la desigualdad.
Por tales circunstancias, el objetivo general del estudio es analizar la segregación y la desigualdad socioeducativa en el sistema educativo colombiano en el nivel básico, medio y universitario. De acuerdo con el análisis previo, desde el diagnóstico que se propone, las preguntas que orientan la acción investigativa gira en torno a: ¿de qué manera incide la segregación y la desigualdad en el sistema educativo colombiano? La hipótesis es que la segregación y la desigualdad educativa afectan el acceso y la calidad educativa en ciertos grupos poblacionales. Por ende, el campo educativo colombiano requiere ser resignificado y deconstruido hacia la participación democrática, la diversidad y la institucionalización, entre otras circunstancias.
Marco teórico
La realidad teórica de la segregación escolar
El análisis de la segregación escolar obliga a poner en perspectiva la acepción teórica de lo que es segregación. Al parecer, en el psicoanálisis de Lacan (2008), la segregación es un lazo social ordinario que al fracturarse emana la sublimación social la cual induce a la fraternidad. Desde el ámbito sociocultural, la segregación es la división social del ser humano en base a factores culturales (raza, etnia), políticos (nacionalidad), sociales (jerarquización) (Bourdieu, 2007; Piketty, 2015; Giddens & Sutton, 2022). En efecto, la segregación escolar es un fenómeno de distribución desigual de individuos en los entes educativos en función a rasgos personales, étnico-culturales, académicos, económicos, sociales, biológicos y políticos (Murillo & Duk, 2016). También se suele asociar la segregación con el discurso filosófico planteado por Habermas (2022), el cual indica que es lo contrario a la integración social y al acceso a las mismas oportunidades para todos sin tomar en cuenta cuestiones educativas, políticas, étnico-culturales sociales y económicas.
Entonces, la segregación escolar es una segmentación social que incide en el crecimiento de la tasa de deserción escolar, interacción social, rendimiento académico y la reproducción de diferencias sociales en contravía del papel de la educación como mecanismo de movilidad e interacción social (Vázquez, 2016; Conde, 2019). Igualmente, la segregación escolar se liga a cuestiones como la organización y la estructura del sistema educativo de un país la cual circunscribe posibilidades de desarrollo de los educandos, sobre todo las de los más vulnerables (Martínez & Ferrer, 2018).
Al respecto, Krüger (2019) recalca que la segregación escolar es suscitada por factores tanto exógenos como endógenos al campo educativo (políticas públicas, estrategias sociopedagógicas, contexto socioeconómico), mientras que Carrillo (2020) sintetiza la segregación escolar como un elemento atado a la desigualdad social. Para este último, los estudios de Chile, Argentina y Perú se congregan sobre los efectos de la desestatificación socioeducativa en la segregación escolar, o los casos de México y Brasil donde el interés se encauza hacia el origen étnico racial y la segregación.
Desigualdad socioeducativa: un acercamiento teórico
Desde la prehistoria las sociedades se han organizado de manera jerárquica (Álvarez Farfán et al., 2022). Así, la historia evidencia que las primeras civilizaciones como la Grecia clásica (ciudadanos y no ciudadanos) y Roma (ciudadanos, esclavos y, por otra parte, mujeres), entre otras, se han estructurado para organizar su sociedad. En la Edad Media, la pirámide social muestra los distintos estamentos donde el rey, la nobleza y el clero son sus principales órganos, mientras que los pequeños burgueses, esclavos y campesinos están debajo de la estructura (antiguo régimen). Mientras los procesos históricos avanzan hasta llegar al Renacimiento y con ello al modernismo (Carzolio et al., 2017) la estructura social se reproduce y transforma (Giddens & Sutton, 2022).
En este espacio sociohistórico, la sociedad presenta un dinamismo (conflicto social) entre los grupos sociales (Aron, 2017), pero en cualquier caso la desigualdad sigue latente en el hecho social (Durkheim, 1993). Por consiguiente, todas las sociedades se han diferenciado por la desigual distribución de los bienes materiales (Hobbes, 2008; Marx, 2008) y simbólicos (Bourdieu, 2011), así como por la presencia de relaciones de poder disímiles (Poulantzas, 1979; Weber, 2007; Spranger, 2018). Esas desigualdades han venido escoltadas de sistemas racionales para legitimar su existencia (Arendt, 2018). Ahora bien, en el mundo contemporáneo la matriz de la desigualdad social es clasista y estratificada (Ossowski, 1972; Parsons, 1999; Kerbo, 2003; Dahrendorf, 2007; Davis & Moore, 2012; Laclau & Mouffe, 2015; Atkinson, 2016; Goldthorpe, 2017; Báez, 2017; Milanovic, 2018; Canales & Castillo, 2022) y se plasma en diversidad de tipologías, a saber: desigualdad económica fundamentada en el capital y el valor de la riqueza (distinción de ricos, medios, pobres, extremadamente pobres); de clase en base a posición social (burguesía y proletariado); cuestión de género (hombres y mujeres); relaciones de poder (dominante y dominado); territorio en base al hábitat (urbano y rural); educación en función al nivel y calidad académica recibida (alfabetismo- analfabetismo).
Calidad educativa: en búsqueda del mejoramiento sociopedagógico
La calidad se refiere a una noción compleja y polisémica, tanto en su definición como en sus rasgos e implicaciones (Martínez-Iñiguez et al., 2020; Mejía-Rodríguez & Mejía-Leguía, 2021). La calidad de los sistemas educativos es una temática que en los últimos años ha sido recurrente en países de América Latina (Bianchetti, 2017). La calidad educativa representa la unificación, relaciones y funciones de los diferentes componentes institucionales que aseguran conseguir las metas educativas (Campaña et al., 2021). El objetivo es obtener una apropiación entre el propósito educativo y la formación integral. Los ingredientes incluyen: coherente diseño de planes curriculares, exigencias y profesionalización de la enseñanza, uso de adecuados recursos didácticos, presencia de un ambiente e infraestructura propicios para el aprendizaje, promoviendo estrategias sociopedagógicas e inclusivas con participación de la comunidad educativa.
A su vez, al reflexionar respecto de la calidad es menester determinar los principios de la calidad total en la educación (Hernández & Fernández, 2018). En efecto, una institución de calidad se fundamenta en el desarrollo integral de planes curriculares acordes con las necesidades del estudiantado; existe una organización estratégica nítida para satisfacer las necesidades; se detectan problemas y plantean propuestas de solución (plan de mejoramiento institucional); realizan continuamente un proceso de planeación, aplicación, verificación y de actuación (ciclo PHVA); toma decisiones y consecuencia de datos y evidencias.
Esto involucra que en la educación de calidad hay un aprovechamiento óptimo de recursos. El proceso educativo, al parecer, es eficiente, pertinente y relevante, brinda un ambiente favorable para la convivencia, prepara a los educandos en pruebas estandarizadas, presenta un alto profesionalismo en su cuerpo docente, sabe que los cambios sostenibles requieren tiempo, apoyo activo y sustancial de la administración educativa, tiene conocimiento de a dónde se dirige, metas y objetivos claros, realiza procesos de evaluación claros y los utiliza para mejorar, asegurando la distribución equitativa.
Metodología
El análisis investigativo se fundamentó desde el enfoque mixto enmarcado en el tipo analítico e interpretativo-comprensivo que posibilitó dar un sentido crítico, heurístico y metodológico a la investigación (cualitativa) y al enfoque cuantitativo (fundamentados en datos estadísticos que refieren a la desigualdad socioeducativa en Colombia y en América Latina). Se abordó la complejidad del tópico desde la comprensión (segregación y desigualdad socioeducativa en el nivel básico, medio y universitario) que permitieron el análisis, la interpretación y la comprensión de los datos teóricos-conceptuales, surtiendo rigor analítico, interpretativo y contextualización del fenómeno sociopedagógico examinado (Hernández-Sampieri & Mendoza-Torres, 2018).
El enfoque metodológico connota la recolección de datos desde perspectivas analíticas e interpretativas sobre las cuatro categorías planteadas: segregación y estratificación social: el caso de Colombia; desigualdad social producto de relaciones de poder estratificado; óbices y retos sociopedagógicos para el avance de la educación de calidad; resignificación sociopedagógica del sistema educativo colombiano.
El motor de búsqueda fue Google Académico, se ponderaron revistas especializadas e indexadas en base de datos bibliográficas Web of Science (WOS), SCOPUS de Elsevier, EBSCO, Scientific Electronic Library Online (SciELO), Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc), Dialnet (Universidad de la Rioja), entre otras.
Se añadieron algunas condiciones de inclusión para la búsqueda de información:
· Estudios empíricos-científicos del tipo de investigación; título, resumen o palabras clave presentadas en el estudio.
· Estudios desarrollados en ámbitos sociológicos, sociopolíticos y pedagógicos.
· Documentos (libros clásicos) en torno al tópico esbozado.
· Artículos especializados indexados en línea.
· Tiempo de publicación de los artículos (últimos 10 años). En prioridad, del 2019 al 2023.
· Artículos escritos en español.
Sobre la base de lo anterior, se adquirió una primera lista de 735 documentos. Después de la lectura de cada artículo, se exceptuaron los que no cumplían todos los criterios de inclusión (estudios académicos y especializados), excluyendo copias y filtrando datos. Para el estudio se identificaron un total de 64 trabajos. Este estudio incluye 31 libros, 18 artículos en revistas indexadas, 1 tesis doctoral y 1 de maestría, 13 trabajos de otras fuentes. Para el análisis crítico e interpretativo de los artículos, se trabajó con la técnica de registro documental y los instrumentos reseña analítica y tablas dinámicas de Excel. Así, las etapas sistemáticas fueron establecidas conforme con la siguiente circunstancia:
| Etapas | |||||
| Preliminar aplicativo | Analítica-Exegética | Comprensiva e interpretativa | Evaluativa | Sintética | |
| Se aplicaron condiciones de inclusión en documentos especializados. | Análisis interpretativo del marco teórico-conceptual. | Comprensión de los resultados (compaginación entre objetivo, estado del arte y hallazgos). | Validación de datos científicos-académicos ajustados al rigor académico. | Trazabilizar, sintetizar y deconstruir datos para ofrecer solidez académica. | |
Fases metodológicas.
Fuente: Elaboración propia.Resultados
Al mapear, trazabilizar y clasificar la literatura, se identificaron cuatro categorías, en torno a las cuales se desarrollan los resultados: segregación y estratificación social: el caso de Colombia; desigualdad social producto de relaciones de poder estratificado; óbices y retos sociopedagógicos para el avance de la educación de calidad; resignificación sociopedagógica del sistema educativo colombiano.
Segregación escolar y estratificación social: el caso de Colombia
Los datos disponibles revelan que, en estos últimos años, la segregación escolar y la estratificación social se está fundando como una cuestión alarmante en heterogéneos sistemas educativos del planeta, pero en particular de Latinoamérica (Murillo & Carrillo-Luna, 2021). La segregación socioeconómica en el sistema educativo, en países como Panamá, México, Colombia, Perú, Honduras y Chile es hipersegregada, mientras que los índices de segregación de Uruguay, República Dominicana o Costa Rica pueden percibirse como medio-alto. En todo caso, se evidencian más dinámicas de segregación en países latinoamericanos a los que se dan en Europa (Murillo & Duk, 2016).
En el caso específico de Colombia, la magnitud de la segregación escolar es exponencial, con propensión a una mayor segregación en los grupos sociales de menor nivel socioeconómico, así como diferencias significativas entre los departamentos. Lo anterior supone que, esta desigualdad socioeducativa se irradia en una brecha socioeconómica entre departamentos urbanos y rurales, siendo estos últimos donde se focaliza un gran sector de la pobreza del país y además la mayor desigualdad social. Es posible detectar departamentos muy segregados, como Antioquia, Santander o Cundinamarca, junto con otros con una segregación realmente baja, caso de San Andrés, Arauca o Casanare. Así, Colombia tiene una grave dificultad de segregación escolar, instalándose entre los países con más segregación de América Latina y, con ello, del mundo. Coexiste una gran variabilidad en la segregación escolar de un departamento a otro, pues cada uno tiene diferentes peculiaridades. En el atisbo analítico de las políticas educativas nacionales y locales de Colombia en los últimos años, se evidencia que la deflación de la segregación escolar no ha sido una prelación para el Estado (Murillo & Carrillo-Luna, 2021).
Lo anterior connota que, poseer un sistema educativo con una exponencial segregación escolar y estratificación social conlleva a trágicos efectos para los educandos y para la sociedad (cohesión social), dado que afecta el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes menos favorecidos, sobre todo los que presentan pobreza, pobreza extrema y dificultades de aprendizaje. De igual manera, se obstaculiza el desarrollo holístico del sujeto.
En efecto, la desigualdad socioeducativa en Colombia en el nivel básico, medio y universitario podría explicar la procedencia y resultado de esa segregación y estratificación (Rossetti, 2014; Murillo & Carrillo-Luna, 2021). Según datos del Banco Mundial de 2023, Colombia sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo. En la actualidad, la trayectoria de crecimiento socioeconómico no ha sido suficiente para minimizar el problema de la desigualdad, puesto que los impedimentos persisten para los grupos sociales más pobres (género, étnica y ubicación geográfica) confinando así su movilidad social. Según este ente, es menester que el Estado colombiano extienda la cobertura y la adaptación del sistema social, salud, educativo y económico para conseguir que sea más eficiente, justo e inclusivo.
Desigualdad socioeducativa producto de relaciones de poder estratificado
Para entender la problemática solo se debe realizar una sucinta lectura histórica de cómo se ha ido construyendo el país. Colombia no es una nación integrada y articulada, aunque su organización política lo demande. Además de tener realidades múltiples que están fragmentadas. La génesis de la historia colombiana marca el principio de la desigualdad, discriminación y segregación mezclada con la esclavitud, opresión y el racismo desde la época del descubrimiento y que se intensificó en períodos posteriores (exploración, conquista, colonia, entre otras). Si bien la historia de Colombia ha tratado de superar diversidad de complejidades socioculturales, jurídicas, ambientales, económicas y políticas, aún persisten conflictos internos y externos que dificultan unificar la sociedad colombiana.
Ahora bien, la perspectiva de la desigualdad socioeducativa en América Latina, en contraste de aquella que se presenta en el mundo anglosajón y europeo, corresponde más a factores socioeconómicos y la segmentación socioeducativa (Conde, 2019). Existe una segmentación socio-educacional en el sistema educativo latinoamericano producto de las relaciones de poder estratificado (Freire, 2012). Esto significa que en el sistema socioeducativo se perciben relaciones de poder (Bauman, 2009) que se agudizan en los grupos menos aventajados.
No obstante, la desigualdad socioeducativa en Colombia es recóndita, matizada y se sitúa en multívocos escenarios que perturban la calidad del servicio socioeducativo en referencia a la infraestructura, el prestigio, los procesos pedagógicos activos y significativos, la apropiación del Proyecto Educativo Institucional (PEI), el desarrollo integral del educando y la motivación para el aprendizaje, entre otras condiciones.
El sesgo territorial (ubicación geográfica), el estrato social de la familia (clase socioeconómica), su naturaleza étnica y racial (cultura), su condición de género, entre otros factores, son constituyentes que acrecientan la problemática, pues la diversidad de entes educativos toman como punto de referencia para matricular y dar cobertura bajo esas categorías. En paralelo, los hijos de familia de estratos altos suelen matricular a sus hijos en establecimientos de alto prestigio. En un gran segmento de la sociedad, los padres de familia y/o acudientes con un alto poder socioeconómico pueden favorecer la construcción e influencia del clima escolar cuando optan por el establecimiento educativo, dejando a otros fuera. A la par, a las familias pobres se les dificulta contar con el capital económico y con variedad de opciones académicas de calidad y renombre.
Óbices y retos sociopedagógicos para el avance de la educación de calidad
En el sistema educativo en general se tiene como objetivo esencial formar individuos que comprendan las relaciones consigo mismo mediante el amor propio (dimensión axiológica, psicológica y antropológica), con el otro por medio de la convivencia social (plano sociopolítico) y con el entorno mediante la conciencia ecológica y la apropiación de los valores socioculturales (plano ambiental, social y cultural). Pero, formar ciudadanos del siglo XXI, supone desarrollar habilidades de este siglo (conciencia global), alfabetismo económico y en TIC (educación financiera y digital), competencias ciudadanas (multiperspectivismo y civismo), competencias complejas (innovación científica, criticidad, creatividad), productividad, liderazgo, entre otras cuestiones (Rengifo Castañeda & Álvarez López, 2021).
El sistema educativo colombiano exhibe retos tales como: ambientar la educación como inversión rentable (relevancia de la educación inicial), propiciar procesos pedagógicos significativos (transformación pedagógica), articular la excelencia con la equidad e inclusión (desarrollo integral del sujeto), consolidar el pluralismo y la diversidad (adecuación de infraestructura), motivar las competencias científicas y tecnológicas (investigación), articular niveles y ramas de educación (recursos financieros), articular la cobertura con la calidad (permanencia de los educandos en el sistema educativo), entre otros aspectos (Beltrán-Villamizar et al., 2015).
La educación de calidad es una educación que requiere cerrar la brecha de inequidad entre los miembros de la comunidad educativa (Montero, 2021). De igual manera, precisa desarrollar competencias para que el educando se adapte a las constantes trasformaciones socioculturales que vienen ligadas al mundo circundante. Por tal razón, una educación de calidad necesita ser incluyente y participativa desde los más pobres a los ricos.
En el trascurso de la historia socioeconómica colombiana se evidencia que en la sociedad los grupos sociales menos favorecidos son los que más sufren en el momento de integrarse al mundo laboral (Londoño-Upegui y Mejía-Ortega, 2019). Y es que con un trabajo precario es complejo mejorar la calidad de vida. Además, la calidad de vida está atada a la calidad de estudio que se ha tenido en la vida académica, dado que la educación de calidad puede ser un punto clave para desarrollar más competencias que el mundo laboral exige permanentemente. Por tanto, los grupos sociales más pobres sufren en su bienestar, en el acceso a oportunidades laborales y el respeto de los derechos sociojurídicos.
Resignificación sociopedagógica del sistema educativo colombiano
Se ha evidenciado que la desigualdad socioeducativa delimita las posibilidades de progreso educativo y social de sectores de la población que viven en pobreza física y cognitiva, mientras una minoría posee el conocimiento producto de la educación de calidad y lo utiliza para su propio beneficio económico (De la Cruz-Flores, 2017; Murillo & Carrillo-Luna, 2021).
La educación se presenta ante el sistema social como la posibilidad para conseguir una sociedad más justa y equitativa (Freire, 2012). Si bien el camino para salir de la pobreza involucra una adecuada educación académica, también requiere una combinación con las políticas gubernamentales (mayor presupuesto) que son la base para inyectar recursos al sector educativo. El gran reto de la educación es optimizar los resultados obtenidos en las pruebas estandarizadas internacionales (PISA, entre otras) que han dejado a Colombia en una posición desalentadora. Los procesos educativos escolares requieren que el aprendizaje se gestione de acuerdo con la estructura organizativa de la educación, considerando el ente educativo como un espacio donde tiene lugar la construcción de conocimiento y, por ende, la formación para la ciudadanía (Marenco Carranza & Nieves Asis, 2022).
Las transformaciones sociohistóricas y educacionales del sistema educativo colombiano focalizadas desde mediados del siglo XX, tuvieron la necesidad de poner al estudiante en el centro del proceso educativo, además, orientan la educación a la producción del conocimiento científico y tecnológico. Pero, la historia se transforma y también la educación, por ende, el sistema educativo tiene que cambiar su enfoque para buscar una educación más pertinente a las necesidades del mundo, el trabajo, la vida digital y la sociedad. La nueva noción de educación para el siglo XXI requiere como eje concéntrico una educación equitativa, inclusiva y participativa (CEPAL, 2020; Vásquez, 2022).
Resignificar la educación básica, media y universitaria implica la adopción de políticas de calidad, las cuales puedan articular e integrar las gestiones académicas, directivas, financieras y de comunidad. Las reformas educativas encauzadas en la totalidad del ser sin fragmentarlo resignifican el proceso sociopedagógico, puesto que pueden valorar a la persona por el simple hecho de ser persona, y no por su circunstancia socioeconómica, racial, entre otras condiciones, lo cual puede garantizar la cohesión y movilidad social.
Discusión
En definitiva, el aspecto más decisivo es la educación, pero también las políticas educativas. La educación es un derecho, pero son las decisiones políticas-educativas las que toman decisiones incluyentes o excluyentes. La educación de calidad tiene que ser compatible con la democracia (libertad, diversidad, autonomía, inclusión, participación, ciudadanía). Es necesario mencionar que, las políticas socioeducativas deben ser equilibradas desde el marco del derecho para que puedan reducir la desigualdad y segregación social.
La desigualdad socioeducativa está relacionada con el acceso a los diferentes niveles educativos, la permanencia y la calidad. En Colombia se presentan políticas para dar cobertura educativa, pero es necesario fortalecer las prácticas pedagógicas de calidad que resignifiquen el proceso de enseñanza-aprendizaje y, por ende, que beneficien la permanencia de los educandos, y así minimizar la brecha social. La desigualdad se liga con la discriminación, inequidad, falta de oportunidades educativas y de condiciones de posibilidad para el ejercicio del derecho a la educación de calidad.
En el sistema educativo colombiano algunos espacios socioeducativos privados y oficiales presentan ciertas desigualdades socioeducativas, y las relaciones de equidad que se establecen difieren de un contexto socioeducativo a otro. Ello implica, que la movilidad social de los estudiantes sigue ampliando la brecha social, dado que la posibilidad de ascenso, reconocimiento y de calidad la tienen las familias que poseen el factor económico. Las condiciones económicas son un indicativo para comprender la brecha social, pero además otras condiciones que hacen parte de una sincronización de elementos sociales, geográficos, raciales, políticos, entre otros. Las políticas educativas necesitan estar acordes a las necesidades de la sociedad, pues las condiciones económicas no son iguales para todos.
Colombia es un país diverso y las condiciones geográficas-culturales que se plantean son distintas (el caso de departamentos con mayor índice rural). La desigualdad y la segregación no solo están ligadas con el campo económico y político, sino también con el nodo cultural. Por otro lado, la relación entre desigualdad socioeducativa es postcontemporánea, por ende, las políticas socioeducativas deben estar ancladas por políticas más inclusivas y participativas. Las políticas de gobierno requieren optimizar el mejoramiento de las condiciones de los ciudadanos (justicia social) para disminuir las brechas sociales. Así, Colombia, al parecer, tiene un modelo económico y educativo excluyente, pues el que no produce y posee el poder económico queda segregado en la escalera social y se le dificulta integrarse al mundo laboral.
Conclusión
Conforme con el estado del arte se determinó que el Estado colombiano necesita extender más la cobertura y la adaptación del sistema socioeducativo, tanto en sectores marginados como para los privilegiados, y así conseguir que la educación sea más eficiente, justa e inclusiva. También, la educación requiere ser de calidad para minimizar los niveles de pobreza y desigualdad, en términos de capacidades humanas. Una educación de calidad exalta la productividad, los ingresos y la posibilidad de suplir necesidades que el mundo añade en cada tiempo y espacio. De igual manera, la educación colombiana necesita desarrollar competencias coherentes para que el educando se adapte a las constantes trasformaciones socioculturales y políticas que vienen ligadas al mundo circundante. Por tal razón, una educación de calidad necesita ser inclusiva y participativa desde los más pobres a los ricos.
El tema es complejo y matizado, con variedad de aristas que delinean la estructura de esferas sociopolíticas, históricas, educativas, económicas, entre otras, en un contexto colombiano que ya mismo es fracturado por los constantes problemas sociales nacionales. No obstante, puede ser un espacio de reflexión y sensibilización humanista para reducir brechas de segregación, desigualdad e inequidad en el sector educativo en los niveles básico, medio y universitario. La educación y los procesos pedagógicos son el derrotero para intervenir esta problemática, dado que es el aula un espacio de construcción ciudadana. El individuo requiere educación de calidad para poseer más capacidades acordes con las exigencias del mundo laboral. No es una tarea sencilla, pero debe estar ligada con las políticas socioeconómicas del Estado, pues son ellas las que en realidad empiezan a tomar decisiones excluyentes o incluyentes.
Referencias bibliográficas
Álvarez Farfán, M. P., Companioni Albrisa, V. & Pérez Fonseca, L. J. (2022). La prehistoria. Dilema conceptual. Debates por la historia, 10(2), 17-44. https://doi.org/10.54167/debates-por-la-historia.v10i2.890
Arendt, H. (2018). Sobre la violencia. Alianza.
Aron, R. (2017). Democracia y totalitarismo. Página Indómita.
Atkinson, A. (2016). Desigualdad ¿Qué podemos hacer?. Fondo de Cultura Económica.
Banco Mundial (2023). Colombia: panorama general. https://www.bancomundial.org/es/country/colombia/overview
Báez, C. (2017). Desigualdad y clases sociales. Betania.
Bauman, Z. (2009). Los retos de la educación en la modernidad líquida. Gedisa.
Beltrán-Villamizar, Y., Martínez-Fuentes, Y. & Vargas-Beltrán, A. (2015). El sistema educativo colombiano en el camino hacia la inclusión. Avances y retos. Educación y Educadores, 18(1), 62-75. https://www.redalyc.org/pdf/834/83439194004.pdf
Bianchetti, A. F. (2017). Calidad educativa: concepciones y debate. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 19(1), 1-3. http://redie.uabc.mx/redie/article/view/1502
Bourdieu, P. (2007). Razones prácticas sobre la teoría de la acción. Anagrama.
Bourdieu, P. (2011). Poder, derecho y clases sociales. Desclée De Brouwer.
Campaña, L. J., Gómez, L. P. & Mono, A. (2021). Concepciones y reflexiones sobre calidad, evaluación y acreditación institucional. SIGNOS-Investigación en Sistemas de Gestión, 13(1), 1-26. https://doi.org/10.15332/24631140.6348
Canales, A. & Castillo, D. (2022). Contra la Desigualdad: contribuciones para un discurso de emancipación social. Akal.
Marenco Carranza, S. & Nieves Asis, F. (2022). Resignificación de la calidad educativa por procesos de gestión académica en la básica primaria de la Institución Educativa Nº 10 en Maicao La Guajira [Tesis de Maestría]. Universidad de la Guajira. https://repositoryinst.uniguajira.edu.co/entities/publication/7361339a-d553-4ca6-8fa1-c0ba2a898abe
Carzolio, M., Pereyra, O. & Bubello, J. (Coord.) (2017). El Antiguo Régimen: Sociedad, política, religión y cultura en la Edad Moderna. La Plata: EDULP (Libros de cátedra. Sociales). En Memoria Académica. http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.512/pm.512.pdf
CEPAL (2020). Panorama Social de América Latina y el Caribe: La transformación de la educación como base para el desarrollo sostenible. Ed. Naciones Unidas. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/48518/7/resumenejecutivoPS2022_es.pdf
Conde, A. (2019). La segregación escolar y la segregación socioeconómica. Una investigación documental. Universidad Pedagógica Nacional. http://repository.pedagogica.edu.co/bitstream/handle/20.500.12209/11377/TO-23655.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Dahrendorf, R. (2007). El conflicto social moderno: (encargo sobre plástica de libertad). Mondadori.
Davis, K. & Moore, W. (2012). Algunos Principios de Estratificación. American Sociological Review, 10(2), 242-249. www.jstor.org/stable/2085643
De la Cruz-Flores, G. (2017). Igualdad y equidad en educación: retos para una América Latina en transición. Educación, 26(51), 159-178. https://dx.doi.org/10.18800/educacion.201702.008
Dubet, F. (2014). Repensar la justicia social. Siglo XXI Editores.
Durkheim, E. (1993). Las reglas del método sociológico. Morata.
Freire, P. (2012). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI.
Foucault, M. (2022). Microfísica del poder. Clave Intelectual.
Giddens, A. & Sutton, P. (2022). Sociología. Alianza.
Goldthorpe, J. (2017). La sociología como ciencia de la población. Alianza.
Habermas, J. (1987). Teoría de la acción comunicativa. Taurus.
Habermas, J. (2022). Refugiados, migrantes e integración. Una breve antología. Tecnos.
Hernández-Sampieri, R. & Mendoza-Torres, C. (2018). Metodología de la Investigación: Las rutas cuantitativa, cualitativa y mixta. Mc GrawHill Education. https://virtual.cuautitlan.unam.mx/rudics/?p=2612
Hernández, G. & Fernández, J. (2018). La planificación estratégica e indicadores de calidad educativa. Revista Nacional de Administración, 9(1), 69-86. https://doi.org/10.22458/rna.v9i1.2103
Hobbes, T. (2008). Tratado sobre el ciudadano. UNED.
Kerbo, H. (2003). Estratificación social y desigualdad. McGraw Hill. https://www.fhyce.edu.py/wp-content/uploads/2020/08/Estratificacion-Social-y-Desigualdad.pdf
Krüger, N. (2019). La segregación por nivel socioeconómico como dimensión de la exclusión educativa: 15 años de evolución en América Latina. Archivos Analíticos de Políticas Educativas, 27(8), 1-35. https://doi.org/10.14507/epaa.27.3577
Laclau, E. & Mouffe, C. (2015). Hegemonía y Estrategia Socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Siglo XXI.
Lacan, J. (2008). El Seminario Libro 17, El reverso del Psicoanálisis. Paidós.
Londoño-Upegui, L. D. & Mejía-Ortega, L. M. (2019). Desempleo y protección social: el caso colombiano. Rev. Fac. Nac. Salud Pública 37(3), 54-63. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-386X2019000300054
Ramírez Zambrano, J. & Manzano López, D. (2012). Interrelación entre la deserción escolar y las condiciones socioeconómicas de las familias. El caso de la ciudad de Cúcuta. Economía del Caribe, (10), 203-232. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6143224
Márquez, A. (2016). La desigualdad social y las reformas educativas. Perfiles Educativos, 38(154), 3-18. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S018526982016000400001&lng=es&tlng=es
Martínez, L. & Ferrer, A. (2018). Mézclate conmigo. De la segregación socioeconómica a la educación inclusiva. Save the Children.
Martínez-Iñiguez, J., Tobón, S., López-Ramírez, E. & Manzanilla-Granados, H. (2020). Calidad educativa: un estudio documental desde una perspectiva socioformativa. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 16 (1), 233-258. https://www.redalyc.org/journal/1341/134166565011/html/
Marx, C. (2008). El capital. Editors.
Mejía-Rodríguez, D. & Mejía-Leguía, E. (2021). Evaluación y calidad educativa: Avances, limitaciones y retos actuales. Revista Electrónica Educare, 25(3), 702-715. https://dx.doi.org/10.15359/ree.25-3.38
Murillo, F. & Duk, C. (2016). Segregación Escolar e Inclusión. Revista latinoamericana de educación inclusiva, 10(2), 11-13. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-73782016000200001
Murillo, F. & Carrillo-Luna, S. (2021). Segregación escolar por nivel socioeconómico en Colombia y sus departamentos. Magis. Revista Internacional de Investigación en Educación, (14), 1-23. https://doi.org/10.11144/Javeriana.m14.sens
Milanovic, B. (2018). Desigualdad mundial: un nuevo enfoque para la era de la globalización. Fondo de Cultura Económica.
MEN (2022). La deserción escolar en Colombia aumentó en el 2023. Magisterio.
Montero, L. (2021). Visibilización de dificultades educativas: Los retos del gobierno colombiano y de las comunidades educativas para afrontarlas. Actualidades Investigativas en Educación, 21(3), 216-241. https://dx.doi.org/10.15517/aie.v21i3.46489
OCDE. (Febrero, 2022). Estudio económico de Colombia. https://www.oecd.org/economy/panorama-economico-colombia/
Otálvaro, B. (2020). Transformaciones de la política social en Colombia: análisis de los enfoques de asistencia, protección e inclusión en el valle del cauca 2005-2015. [Tesis doctoral]. Universidad Nacional de Colombia. https://repositorio.unal.edu.co/bitstream/handle/unal/75806/94374251.2020.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Ossowski, S. (1972). Estructura de clases y conciencia social. Península.
Parsons, T. (1999). El sistema social. Alianza.
Piketty, T. (2015). La economía de las desigualdades: Cómo implementar una redistribución justa y eficaz de la riqueza. Anagrama.
PUND. (2024). La gran desigualdad en Colombia no le permite crecer para generar riqueza y bienestar para todos/as/es.https://www.undp.org/es/colombia/noticias/gran-desigualdad-colombia-no-permite-generar-riqueza-bienestar
Poulantzas, N. (1979). Estado, poder y socialismo. Siglo XXI, S.A.
Reygadas, L. (2019). Antropólog@s del milenio. Desigualdad, precarización y heterogeneidad en las condiciones laborales de la antropología en México. Universidad Autónoma Metropolitana.
Rengifo Castañeda, C. & Álvarez López, M. (Eds.) (2021). Educación y Desarrollo Humano en Perspectiva Latinoamericana. Bonaventuriana. http://www.editorialbonaventuriana.usb.edu.co/realidad/pdfs/educacion_perspectiva_latinoamericana.pdf
Rossetti, M. (2014). La segregación escolar como un elemento clave en la reproducción de la desigualdad. CEPAL. https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/36837/S2014208_es.pdf
Spranger, E. (2018). Formas de Vida. Revista de Occidente.
UNICEF. (2022). El impacto de la pandemia covid-19 en la educación de niñas, niños y adolescentes. Unicef Argentina.
Vázquez, E. (2016). Segregación escolar por nivel socioeconómico. Midiendo el fenómeno y explorando sus determinantes. Económica, 62, 121-184. https://econpapers.repec.org/article/lapjournl/604.htm
Vásquez, J. (2022). Sobre educación inclusiva: Los Derechos Humanos como eje transversal en la educación. Revista Torreón Universitario, 11(31), 64-69. https://www.camjol.info/index.php/torreon/article/view/14224
Villareal, E. & Zayas-Pérez, F. (2021). Desarrollo humano y Educación: una perspectiva de la educación enfocada al desarrollo humano. Vértice universitario, 23(90), 28-39. https://doi.org/10.36792/rvu.vi90.31
Walker, V., Formichella, M. & Krüger, N. (2021). Derecho a la educación y desigualdades sociales. Espacios en Blanco, 2 (31), 317-333. https://www.redalyc.org/journal/3845/384566614014/html/
Weber, M. (2007). Sociología del poder. Alianza.
Notas de autor