Una leguminosa que ha demostrado buena adaptación al nordeste argentino es el maní forrajero (Arachis pintoi) (Castelán et all., 2004).Esta es una especie perenne, originaria de Brasil, de crecimiento postrado y estolonífero, de buen valor nutritivo, tolerancia a la sombra y gran persistencia. Tiene excelente comportamiento bajo pastoreo y se la puede consociar con la mayoría de las gramíneas, inclusive con las más agresivas. Se adapta a suelos de baja a mediana fertilidad y produce entre 2000 y 3000 kg MS/ha (Pizarro y Rincón, 1994). La producción de semilla es variable, con valores de 1400 a 2000 kg/ha, encontrándose estas en los primeros 10 cm de suelo, al año de haber sido establecida. Recién cosechadas, las semillas tienen altos niveles de dormancia (60 a 80%), que puede continuar por 6 a 8 meses. La dormancia no depende de la legumbre y puede reducirse por presecamiento durante 14 días a 40 °C (Ferguson, 1994).