La productividad y sustentabilidad de los sistemas hortícolas, en particular el de los "cultivos protegidos", están condicionados, entre otros factores, a la posibilidad de contar con adecuadas rotaciones y cosechas diversificadas. El cultivo de la lechuga (Lactuca sativa, L.) resulta muy atractivo porque reúne una serie de características tales como: ciclo corto, su cultivo es relativamente simple, presentando baja frecuencia de problemas sanitarios, culturales y, sobre todo, permite una rápida recuperación del capital. Por otra parte, durante la época estival el mercado local es excelente y bueno durante todo el año si la mercadería es de calidad.