Imágenes del "deber ser" del religioso, según la oratoria sagrada rioplatense

Autores

  • Silvano Gabriel Antonio Benito Moya Centro de Estudios Históricos "Prof. Carlos S. A. Segreti"

DOI:

https://doi.org/10.30972/fhn.0271221

Palavras-chave:

Oratoria sagrada, sermones, clero regular, disciplina eclesiástica

Resumo

El Concilio de Trento, entre uno de sus propósitos, legisló para reformar la disciplina eclesiástica. Si el nuevo desafío era la evangelización, los agentes debían responder a un patrón común, que con algunas variantes en cada época se mantuvo vigente hasta entrado el siglo XIX.
De las metodologías para el propósito, que fueron variando y ajustándose con el tiempo, el sermón significó un eficaz instrumento usado en la América colonial e independiente para procurar cambios en las conductas desde una perspectiva de control social. El mismo no solamente se dirigió a la feligresía, sino también a los agentes pastorales, y se empleó asiduamente en conventos, universidades, colegios y seminarios para la formación del clero regular y secular, y para mostrar lo que se esperaba de ellos. Muchas veces, a través de discursos especialmente preparados para ocasiones puntuales, tales como las tomas de hábitos y profesiones religiosas, o a través del llamado panegírico, que tenía por objetivo en ciertas solemnidades resaltar las virtudes de santos caros a una determinada orden religiosa, se procuraba poner la vida y virtudes santorales como ejemplo a seguir por los neófitos novicios o profesos.
El trabajo procurará, a partir de varios sermones de profesión, o de santos, tales como Francisco de Asís, Antonio de Padua o Benito de Palermo, adentrarse en lo que se esperaba de un religioso rioplatense a finales del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX -fechas de estas piezas oratorias-.

Publicado

2016-12-27

Edição

Seção

Dossier